Ya sabéis que a veces me gusta poner la versión personal del blog en modo ON, me encanta conoceros a través de los comentarios tanto o más que dejar fuera a mi alter-ego Jon Ícaro y mostraros pedacitos de la persona que hay tras él. Así pues, poneos cómodos, que estáis invitados a este café emocional en una entrada un poco más íntima de lo normal.
Esta historia empieza como muchas otras: muchacho regordete se pone a correr para ponerse en forma. Y lo consigue. 15 kilos menos en cerca de dos meses. Esa fue mi primera “medalla” como corredor.
Después, a seguir corriendo para mantenerse en forma. Pero aparece el archienemigo de estas historias: la pereza. Entonces procedo a hacer uso del gusanillo de las carreras populares para acabar con la rutina. De 10K en 10K, recuerdo mi momento de mayor ilusión tras acabar la Media Maratón de Orihuela. Mi segunda “medalla” emocional.
A partir de ahí, idas y venidas. Semanas de continuidad con parones indefinidos. Ya sólo me queman las piernas cuando corro, me falta ese ardor en el corazón. Y es entonces cuando decido que hay que correr, pero con sentido. Me propongo a fabricarme retos que me motiven y que tengan un alto contenido emocional.
El primero de ellos, ayer. Hace poco comenté en el blog la pérdida de mi madrina. Mi primer reto sería entonces correr desde su casa (lugar en el que la conocí) hasta el lugar en el que la despedimos. De Elche a San Isidro. 22 km. Demasiado para mi forma actual.
No estaba preparado físicamente. Pero de eso se trataba. 22km de quemar la pena, de sudar la tristeza para deshacerme de ella en el camino y dejarla allí, fuera de mí, para siempre. Dos horas y pico de la “soledad del runner” para recordar momentos, para dialogar con mi alma y buscar la paz.
Finalmente, reto conseguido. Con el sufrimiento esperado y necesario, pero conseguido. Sin estar preparado, porque la vida va de eso. La vida nos pone a menudo ante situaciones inesperadas para las que no estamos preparados. Y no nos queda otra opción que enfrentarlas, como siempre, dando un paso más. Un paso más, sin rendirse. Uno no puede quedarse quieto ante las adversidades. Ayer iba de eso. De dejar salir la pena, de dejar entrar la resiliencia.
Por supuesto, habrá retos superiores que iré compartiendo. Esto es sólo un principio.
Os animo a que gestionéis la pena a vuestra manera. Pero no dejad que os cale los huesos. ¡Un abrazo enorme!
9 diciembre, 2016 at 1:20 pm
A mí me gusta nadar, es mi terapia para las penas. Cuando nado se me olvidan los problemas, además adelgazo practicando este deporte. Aunque me gustaría tener mucho más fondo.
Me gustaMe gusta
18 diciembre, 2016 at 2:21 pm
Yo nadar lo intento y mi máximo logro ha sido mantener la coordinación un corto espacio de tiempo (la que nada es mi hermana). Este verano intenté coger ritmo, aunque me lo puse más como reto mental que físico (ahora que estamos aquí solos, te confieso que me da pánico el mar). Sin embargo, no conseguí la continuidad necesaria, no me arde lo suficiente por dentro como para poder vencer la pereza como correr, jeje. Por eso, admiro a los que nadáis, a mí me cuesta muchísimo. Un saludo, ¡gracias por compartir tu experiencia!
Me gustaLe gusta a 1 persona
18 diciembre, 2016 at 2:59 pm
A mi el mar me gusta para andar bien por la arena mojada. Lo de correr no me gusta mucho porque tengo las rodillas un poco regular, me duelen menos cuando nado y lo hago despacio, a mi ritmo. A mí también me da pereza ir a nadar, jeje, por desvestirse, ducharse, volverse a vestir, andar un buen tramo hasta casa.
Me gustaLe gusta a 1 persona
9 diciembre, 2016 at 1:24 pm
Me gustó mucho tu publicación. Yo tengo varias metas personales. Pero con respecto a la gimnasia y lo espiritual. Tome una clase gratis de Kung Fú en un gimnasio (ya venía haciendo otras cosas pero menos exigentes). Se trata de 30 min. De gimnasia, 30 minutos de defensa personal y después meditación en movimiento tipo Tai Chi. Apenas pase la gimnasia y pegarle a la bolsa de boxeo. Por ahora vengo te motivado, pero mi contrincante es que estoy re desorganizado con los tiempos. Estoy viviendo más de noche que de día (sin joda alcohol ni drogas) y como que no encuentro el momento para ir.
Me gustaMe gusta
18 diciembre, 2016 at 2:25 pm
¡Hola! Mi hermana trabaja en un centro de salud natural (Tai Chi, Yoga, danza energética…), así que te entiendo perfectamente. Yo pienso que siempre hay que darle un sentido a la actividad física más allá del simple ejercicio, así que te animo en ese camino por el que pienso que vas bien encaminado. Saca tiempo de donde sea, porque ese es el principal problema que tenemos hoy en día. Ánimo y gracias por tu comentario.
Me gustaMe gusta
9 diciembre, 2016 at 6:24 pm
Cuando se habla de correr, siempre existen retos… a cada cual más emocionante y conmovedor que el anterior. ¡Ánimo con ellos!
Me gustaMe gusta
18 diciembre, 2016 at 2:27 pm
¡Sí! Eso es lo que hace que tanta gente se enganche a algo que cuesta y da pereza. Yo creo que el trabajo mental que se hace es casi más satisfactorio que el físico. ¡Un saudo! ¡Gracias por tu comentario!
Me gustaMe gusta
9 diciembre, 2016 at 7:39 pm
Muy buena la entrada; profunda, inspiradora, y divertida. Sigue así compañero 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
9 diciembre, 2016 at 7:53 pm
Mucho ánimo y deja salir esa pena! Yo aún no he comenzado a correr, hago marcha rápida, aunque llevo unas semanas de parón. Mi objetivo es correr la San Silvestre de 2017… La verdad es que en ese tiempo en soledad, como tú bien dices, se limpia mucho, mucho. Y lo echo de menos, a ver cuándo puedo retomarlo. Un besote!
Me gustaMe gusta
18 diciembre, 2016 at 2:30 pm
Ánimos recibidos y te los devuelvo yo también. Cuesta mucho ponerse a correr, pero cuando consigues las metas, te sientes capaz de todo. Espero que corras esa San Silvestre y me acabes contando tu éxito. ¡Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
13 diciembre, 2016 at 9:48 pm
Se me han puesto los pelos de punta por la forma en la que lo has contado, lo he sentido. Yo corro por muchas razones, pero nunca lo he hecho para aliviar la pena (afortunadamente).
Un abrazo!!!
Me gustaMe gusta
18 diciembre, 2016 at 2:39 pm
¡Gracias por tu comentario! Yo prefiero correr por cosas positivas como reflejo de mi actitud en la vida (desgraciadamente, la gente pone más empeño en huir de lo que teme que en perseguir lo que desea); pero esta vez tocaba hacerlo de esta manera. Sin embargo, ya estoy preparando la próxima, en la que el esfuerzo de la carrera va a ir destinado a celebrar y a demostrar aprecio más que a cosas negativas. ¡Un abrazo y gracias por pasarte por aquí!
Me gustaLe gusta a 1 persona
7 febrero, 2017 at 7:34 pm
Me encanta correr pero no he podido pasar de correr máximo 15 kms y termino agotada, es un reto el correr medio maratón, felicidades por tu logro.
Me gustaMe gusta
13 febrero, 2017 at 2:46 pm
¡Tienes la media ahora mismo! Curiosamente, la vez anterior que había corrido antes de mi primera media tenía el límite en 15 km. Entonces, una amiga me dijo “si la tienes ahí ya, solo son 6 más…”. Con esa frase de ánimo, decidí que en mi próxima salida llegaría a los 18 (3 más)… y una vez estuve en los 18 dije “para 3 que quedan, ¡los hago!”. El trabajo mental es casi tan duro como el físico, pero ayuda mucho. Lo que no tengo duda es de que lo conseguirás… a veces parece que por mucho que nos esforcemos vamos para atrás, pero solo es cansancio (físico y mental). Al final si uno no se rinde, siempre se llega, así que ahí te mando unos ánimos muy fuertes y sobre todo, sufre pero disfruta de llegar siempre más allá de los límites. ¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta
13 febrero, 2017 at 3:37 pm
Lo voy a intentar en mi próxima distancia, muy cierto lo que dices, muchas gracias por el consejo.
Saludos
Me gustaMe gusta
17 febrero, 2017 at 3:57 pm
¡Pues ve contándome que tal! Quiero disfrutar aunque sea un pedacito de esa euforia que tendrás cuando lo consigas. ¡A por ello!
Me gustaLe gusta a 1 persona
28 febrero, 2017 at 3:42 pm
Me ha gustado muchísimo la entrada, y el reto me ha flipado tanto… Me parece una manera muy bonita de unir lo personal con lo deportivo, lo emocional con lo físico. Animo con “esto del correr” todos pasamos por fases, la pereza siempre nos está esperando a la vuelta de la esquina, hay que apañárselas para engañarla, y un objetivo a corto plazo siempre te echa un mano. Un abrazo
Me gustaMe gusta
1 marzo, 2017 at 9:39 am
¡Cierto! Los objetivos son clave. Yo fui de los que se engancharon a correr en las carreras populares, pero tras haber corrido varias 10K y una media maratón (ojo, que aún me queda la maratón completa y reboso de ilusión por hacerla), sentía que me faltaba algo más para correr, y era ese lado emocional. Cuando hice eso lo disfruté, con el mp3 cargado de canciones que me recordaban a esa persona, con los ratos de recordar, con los ratos de sufrir y ese empuje que te da el saber que también lo haces por otra persona… creo que esas cosas ya no las podría sacar cuando salgo a correr. Un saludo, ¡gracias por comentar!
Me gustaMe gusta
10 abril, 2017 at 9:52 pm
¿Correr con tanto sentimiento? Yo no puedo, alguna vez he querido correr por aquellos que ya no pueden hacerlo y un nudo se me instala en la garganta y tengo que parar de pensar en ellos porque me ahoga tantos recuerdos y tanta pena de no volver a sentirlos cerca. Entiendo lo que dices y que de alguna manera tenias que correr por alguien pero yo desistí en ese intento. Me ha gustado mucho tu entrada y la forma de expresarlo. Un saludo.
Me gustaMe gusta
11 abril, 2017 at 1:29 pm
Yo que soy masoca, además me pongo música que me recuerda mucho a esa persona. Correr te hace sentir que avanzar es duro, que en esta vida hay que pasar ratos de sufrimiento y sobre todo, te enseña el valor de la resiliencia, el saber que si quieres dar un paso más solo depende de ti. Correr te pone al límite, pero todavía no conozco a nadie que, esforzándose, no haya mejorado y se haya sentido más poderoso con los sucesivos entrenamientos. O lo que es lo mismo, te hace integrar la sensación de que puedes con todo, por duro que sea. Yo me llevo eso de correr, y cuando se me olvida porque estoy pasando un momento duro, me hago uno de estos retos para volver a recordármelo. Yo de ti seguiría intentándolo, nada de valor se aprende fácilmente, y a menudo tampoco a la primera. Ánimo, tanto en lo de correr si te animas, como en todos los problemas que te plantee la vida. Duro con ellos. ¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
11 abril, 2017 at 8:49 pm
En ello estoy. Llevo ya corriendo un tiempo y superándome a mi misma y aprendiendo de lo que soy capaz y no era consciente y he de decir que tienes mucha razon. Gracias por tu animo. Un saludo
Me gustaMe gusta
14 abril, 2017 at 11:51 am
Pues me alegro, y no sabes de qué manera. Correr es muy sufrido, pero lo que se gana en fuerza mental (y salud), no te lo quita nadie. A darle duro, yo siempre me apoyo en una oración que dice “correr al principio cuesta, luego cansa, después gusta y finalmente se necesita”. ¡Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona