A los que nos gusta escribir, a veces metemos un pedacito de nuestro mundo en nuestras historias. Algunos rasgos de alguna persona que admiramos en alguno de nuestros personajes, algunas localizaciones que nos encantan, canciones que amamos y que de fondo aparecen en alguna escena…
Por otro lado, hay quien prefiere no meter nada de su entorno en la fantasía, porque piensa que limita el proceso creativo al estar adherido a un suceso o existencia real. Es cierto. Tener una base hace que tu mente se enfoque en algo concreto y pierdas perspectiva.
Es un debate del cual me encantaría escuchar vuestra opinión. Yo, que particularmente siempre pienso que nada es blanco o negro, siempre tiendo a un punto intermedio. Por ello, me gusta meter detalles insignificantes que no exceden el término de curiosidad.
Por ejemplo, el libro de la foto. El otro día volví a hacer una visita a la Biblioteca Pública de Alicante y volví a cruzarme con él. Se trata de Babilonia. Mesopotamia. La mitad de la historia humana, de Paul Kriwaczek. Uno de los tantos libros que usé en el proceso de documentación antes de escribir la novela El sanador del tiempo y que, de hecho, es en el que Christiaan mete la nota secreta dirigida para Poul Reenberg en la trama.
“Biblioteca Lenox. Sección Historia. Babilonia; Paul Kriwaczek. No te rindas, Poul.“
Es un detalle tonto, insignificante, pero a mí se me encoge el corazón cada vez que paso al lado del libro, porque es parte de una historia que amo y significa mucho para mí. Al haberme cruzado de nuevo con él, quería compartir este pensamiento con vosotros.
Un abrazo.
¡Nos vemos!
13 marzo, 2017 at 8:03 pm
Por supuesto, toda escritura es, en parte, autobiográfica yo creo 🙂
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20 marzo, 2017 at 1:34 pm
Yo también lo creo. Aunque también he leído escritores que dicen que al principio incluian mucho de su mundo por el deseo natural de cambiar la propia realidad, pero es cuando han ido desentendiéndose de este deseo cuando han conseguido las obras más maduras y completas. Personalmente pienso que es difícil el equilibrio, pero si no sientes parte tuya lo que escribes, no sé hasta qué punto merece la pena escribir. ¡Un saludo!
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13 marzo, 2017 at 8:54 pm
A mí me gusta agregar lugares, situaciones, emociones y personajes reales a mis historias. Todo depende como lo enfoques, más que limitar la imaginación puede dar rienda suelta a los sentimientos y así poder escribir con más pasión y energía. Soy de los que escribe con el alma así que el proceso dependerá de el tipo de musa o inspiración de cada escritor. Todo lo que le de emoción es un plus !
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20 marzo, 2017 at 1:35 pm
Estoy de acuerdo. Además, si nos salimos de lo estrictamente literario, para que un libro triunfe, el escritor tiene que saber exteriorizar su amor o su pasión por él. Y eso es mucho más fácil si sientes que hay un pedacito de ti dentro. ¡Un saludo!
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13 marzo, 2017 at 11:37 pm
Considero que es siempre nuestra perspectiva de alguna circunstancia, por lo que la hace personal y autobiográfica…por que expresamos nuestro sentir, lo que tenemos en la parte mas escondida de nuestro subconsciente y de esta manera sale a flote…
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20 marzo, 2017 at 1:37 pm
Sí, yo creo que quien no lo hace de manera consciente, lo hace a nivel de subconsciente. Si no mete lo que le rodea en lo que escribe, al menos yo creo que incluye cómo le gustaría que fuera lo que le rodea. Un saludo, ¡gracias por tu comentario!
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13 marzo, 2017 at 11:47 pm
“un pedacito de nuestro mundo en nuestras historias”. Ese pedacito pienso que es nuestra esencia. Saludos!!
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20 marzo, 2017 at 1:38 pm
Estoy de acuerdo, y lo que hace que además de una buena historia, sientas que estás compartiendo algo más, algo incluso más personal, con los demás. ¡Un saludo!
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14 marzo, 2017 at 11:32 am
Meter cosas y pensamientos míos, meto. Evito que mi narrador (cuando es del tipo omnisciente y tal) sea subjetivo, pero si me adentro en pensamientos de personajes, y si estos están construidos con algún rasgo que comparto o tengo, es inevitable que un fragmento de mí vaya en ellos…
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20 marzo, 2017 at 1:41 pm
Cierto. Además, nos ayuda a evitar la personificación estandarizada. Tendemos a utilizar los perfiles clásicos. Pero esos pequeños detalles que vienen de la experiencia propia o del entorno son los que evitan caer en los tópicos completos. A ver si adivino qué parte de ti hay en La sombra dorada, la cual empezaré en breve. En una o dos semanas liquido al brujo. ¡Un saludo!
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21 marzo, 2017 at 8:39 am
Ya contarás entonces 😉
Por cierto que no sé si, con el lío del lector de WordPress, que ha ido un poco mal últimamente, has echado un vistazo a https://lordalceblog.wordpress.com/2017/03/14/jon-icaro-el-sanador-del-tiempo/
No, por nada 😀 😀 😀
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22 marzo, 2017 at 2:44 pm
Pues el caso es que he estado esta semana muy liado (estuve toda la semana sin actualizar por aquí), pero la reseña la leí y la releí. Estaba esperando tener la ocasión de responderte con profundidad y como mereces, y puesto que ahora he encontrado el momento, te acabo de comentar la reseña. Me quedo corto si te doy las gracias un millón de veces, de verdad, por la reseña y por dedicar tu impecable criterio literario a mi obra. ¡Un saludo!
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23 marzo, 2017 at 8:54 am
Ok, ya te he respondido 🙂
Es que, como había habido problemas con el Lector de WordPress, no quería que se pasase, no por una cuestión de ego mío, sino porque sé que a un autor le gusta que hablen de su obra y la diseccionen 😉
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14 marzo, 2017 at 12:04 pm
Es parte del proceso subjetivo de todo ser humano, bueno o malo no lo se, pero hace que para el autor tengan sus escritos mayor relevancia, esos pequeños datos nos dan una perspectiva mas a fondo del mundo que rodea al autor. Saludos.
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20 marzo, 2017 at 1:42 pm
Cierto. Y también da personalidad al estilo del autor, le da ese “no sé qué” que siempre aparece en sus libros aunque cuenten historias totalmente distintas. Un saludo, ¡gracias por tu comentario!
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20 marzo, 2017 at 7:27 pm
Exacto! Igualmente un saludo, y de nada, estamos en contacto.
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3 abril, 2017 at 4:36 pm
Creo que es imposible desligarse a un 100% de nuestro mundo y nuestras vivencias al escribir, sea una biografía, ciencia ficción o una novela fantástica, por el simple hecho que nuestra perspectiva, como vemos e interpretamos el mundo y el enfoque que damos a cada relato es un reflejo mismo de nuestras vivencias! y creo que eso hace que incluso la biografía de una persona dista dependiendo de su narrador, y esto hace la literatura tan enriquecedora… en mi muy humilde opinión!… Un abrazo!
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4 abril, 2017 at 8:43 am
¡Sí! De igual manera, incluso el lector transforma lo que lee reflejándolo en su mundo y en todo lo que le rodea. Aún así, sobre todo en la literatura fantástica, a veces leo marcos tan elaborados que pienso que el autor se ha aislado en una bola de cristal para crearlo; casualmente, esos son los libros con más personalidad que he leído. De ahí que propusiera la reflexión de la entrada. Muchísimas gracias por dar tu punto de vista y por pasarte por aquí y comentar. ¡Un abrazo!
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4 abril, 2017 at 5:18 pm
No te pasa que a veces intentas escribir desde la perspectiva de alguien más?, como que alguien que conoces y te cuenta su historia e intentas verla a través de sus ojos y según su personalidad?… si… es muy interesante la verdad!… y tienes razón en cuanto al lector, un mismo libro es diferente para cada lector!… tan linda que es la literatura!
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7 abril, 2017 at 3:23 pm
¡Ay! Eso me recuerda una historia que escribí con una amiga en la que escribíamos un mismo capítulo visto desde el enfoque de personajes distintos. Yo lo escribía narrado desde el punto de vista de un muchacho optimista y ella escribía los mismos hechos narrados desde el punto de vista de una muchacha pesimista. ¡Disfruté un montón de esa historia! Qué alegría me ha hecho recordarla, ¡gracias! Lo que cambian las cosas según el enfoque de cada uno. ¡Un abrazo!
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7 abril, 2017 at 7:39 pm
Me encantaría leerla!
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8 abril, 2017 at 5:03 pm
Estaba en uno de los antiguos fotologs que fueron desapareciendo. Lo que más me alegra de recordarla es que a pesar de que creo que he madurado bastante escribiendo, mantengo las mismas ganas y el deseo de inventar cosas originales. La buscaré, a ver si puedo copiar algo de esa historia por aquí. Gracias por seguir regalando tu presencia a este blog.
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7 noviembre, 2017 at 6:34 pm
Creo que con el tiempo, y aunque uno no lo quiera; después de escribir durante años, es casi imposible que parte de nuestra realidad y nuestra experiencia no permee de alguna manera lo que expresamos. Tanto el ejercicio de mantenerse siempre en la fantasía, como el de tomar grandes elementos de nuestra propia historia, es algo completamente válido, respetable y enriquecedor.
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28 noviembre, 2017 at 9:45 am
¡Sí! Hace un tiempo también escribí sobre el hecho de incluir vivencias o caracteres propios en las historias… Al final cada autor siempre deja en sus obras pinceladas, a veces involuntariamente, de lo que es y lo que anhela. Precisamente es esta reflexión una de las que más me gustaron de la nueva de Blade Runner. Un saludo, ¡gracias por pasarte por aquí!
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