Hoy os voy a contar la historia de cómo conseguí que una droga dejara de afectar a mi vida: el fútbol. Actualmente, hace ya más de dos años que no he visto un partido de fútbol. No es que me sienta orgulloso, es que soy consciente de que mi vida es mejor así.
Mi desapego empezó con la corrupción. Durante los años de crisis, me sentí insultado al ver cómo se subía los impuestos al ciudadano medio mientras que los clubes de fútbol, millonarios ellos, eran financiados con dinero público y contratos bancarios para no caer en la bancarrota. Como persona, sentí que me valoraba muy poco a mí mismo si iba a aplaudir a aquellos a los que se rescataba a costa de hundirnos aún más a la plebe. No voy a hablar de los que se valoran tan poco como para ir a la salida de un juzgado a aplaudir a Messi (y compañía), sabiendo que el fraude del que se le acusa implica que es a ellos mismos a los que se les está robando.
Pero el dinero, al fin y al cabo, es dinero. Más intolerable es la violencia que se alimenta y que surge de manera efervescente en los campos de fútbol. Insultos gratuitos al rival (por el simple hecho de pertenecer a otro equipo), amenazas a árbitros, peleas entre padres en el fútbol base, asesinatos por peleas en las cercanías (a veces incluso dentro) de los estadios… Ahí es cuando te das cuenta de que el fútbol es una droga, pues doblega la voluntad y modula el comportamiento de los aficionados hasta límites, para mí, inadmisibles.
Decidí por lo tanto dejar de seguirlo rotundamente. Es difícil que, una afición de la que has mamado desde niño, acabe siendo algo totalmente indiferente para ti. Aún a día de hoy, tengo la tentación de ver algo que quiero fuera de mi vida. Pero aprendo, como siempre. Es donde me doy cuenta del poder que tiene la costumbre, la fuerza social. Cada uno es lo que es más lo que le rodea. Pero a su vez, me demuestro a mí mismo la necesidad de desapegarme de toda creencia, y eso me hace más libre y creativo.
Y hablando de condicionantes sociales, me parece muy lamentable que el fútbol siga siendo el motor de las masas, que los futbolistas sean vistos como héroes y que se esté proyectando esa imagen en la sociedad. Me pregunto qué hubiera pasado si esa fuerza se hubiera dedicado a los libros. Me imagino a los escritores en el papel de héroes, a 80.000 personas reunidas para compartir una buena lectura de un par de horas, con los medios de comunicación comentando después los mejores momentos. Cómo me gustaría que la pasión humana se volcara de tal manera en algo más creativo y saludable.
En la lectura conjunta surgió ayer el tema de si el hombre era bueno o malo por naturaleza. El hecho de que triunfen eventos en los que predomina la violencia, da qué pensar al respecto.
Pero yo no pierdo la esperanza. Aún sueño con una Liga de ideas creativas, con una Champions League de relatos. El día que la pasión en masa compartida vaya más allá de un enfrentamiento, habremos dado un paso adelante para el entendimiento y será el principio del fin de todos los conflictos interpersonales.
Sin más, que ya me he desahogado bastante, os mando un nada violento abrazo.
¡Hasta otra!
20 abril, 2017 at 1:16 pm
Excelente Jon. Por mi parte me considero asiduo a esa droga aunque también comparto tus opiniones. Siempre he considerado un absurdo que un muchacho de 20 años sea multimillonario por jugar a la pelota (por muy bien que lo haga) deja muy en tela de juicio las prioridades sociales de nuestros días, sobre todo cuando hay tanto, pero tanto talento escribiendo, actuando en calles, pintando, etc. Excelente tu desahogo hermano. Un abrazo y feliz día.
Me gustaLe gusta a 1 persona
21 abril, 2017 at 12:01 am
Excelente tu comentario también. Yo cuando empecé a sentir asco por el fútbol pero quería seguir viéndolo me dediqué a ver ligas que no tuvieran violencia ni corrupción (las nórdicas, básicamente), pero no era lo mismo. No eran las ligas que había estado integrando durante toda mi infancia y adolescencia. Después decidí ver fútbol base, porque suponía que los chavales aún tendrían algo de deportividad e ilusión, pero es increíble ver a qué temprana edad han integrado ya la chulería y la superioridad de los futbolistas. Así que, me cambié al baloncesto, donde si un jugador rival se lesiona se le aplaude y no se le grita «muérete» como he llegado a ver en campos de fútbol. ¡Un saludo, gracias por pasar por aquí!
Me gustaLe gusta a 1 persona
20 abril, 2017 at 5:50 pm
Buena entrada. Lo cierto es que yo perdí el interés en el fútbol de adolescente por varios motivos y uno de ellos era ver cómo parecía que a la gente le iba la vida en ello, se volvía agresiva por sus equipos y, para colmo, dejaban de lado cosas que yo creía más importantes (temas sociales en este caso).
Claro que cada uno considera importantes distintas cosas y que cada uno busca sus pasiones y distracciones donde puede y quiere…
En cualquier caso, me ha gustado leerte. Un saludo.
Me gustaMe gusta
21 abril, 2017 at 12:06 am
Exacto. Los fanatismos nunca han sido buenos, pero mientras no hagan daño a nadie y sirvan para tener ilusión por algo, pues bienvenidos sean. El problema es cuando te hacen daño a ti mismo dejándote robar o manipulando tu manera de tratar a los demás, yo pienso que ahí sí que habría que hacer examen de conciencia. Es un tema difícil este del opio del pueblo. Un saludo, ¡gracias por tu aportación!
Me gustaLe gusta a 1 persona
21 abril, 2017 at 4:02 am
Jamás he entendido la afición al futbol. No es por menospreciar el deporte ni nada, cada quien juega el deporte que prefiera (en mi caso voy más al basquetball), pero me refiero a que no entienda la afición ¿Cuál es el fundamento? No hayo la manera de encontrar entretenido el ver a personas corriendo tras el balón para anotar puntos y hablo sin ánimos de ofender a nadie por ser apadionado del juego, pero creo si algo te gusta, lo haces, no te sientas a ver como otros lo hacen por ti. Creo que, en general, los aficionados (de cualquier deporte, pero sobre todo del futbol que es el que tiene seguidores más agresivos), siguen el juego para chuchear un poco de la vida de quienes juegan y para tener alguna excusa para armar pleito (una opinión bastante similar a la que tengo de muchas seguidoras de ciertos libros juveniles).
Me gustaMe gusta
21 abril, 2017 at 1:42 pm
¡Exacto! Yo empecé llenando el vacío que dejó el fútbol con básket y bien contento que estoy. Más dinámico y divertido (ahora ver un partido de fútbol se me haría lento y aburrido). Pero sobre todo, mucho más respeto al rival. Y sobre todo, hay un par de equipos en mi barrio que puedo acercarme a ver y ahí, si ganan, tengo la alegría de que gane gente cercana (a algunos jugadores los conozco personalmente). Todo mucho más sano, divertido, y exento de fanatismos. Lo de los seguidores de ciertos libros juventiles, también tiene cierto grado de fanatismo, como dices. Me alegra mucho compartir puntos de vista así. ¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
21 abril, 2017 at 10:22 am
Alguna vez, de crío (pero muy crío) he ido al fútbol, y no me hacía mucho tilín, la verdad. Creo que he ido a más partidos de baloncesto. Pero tampoco muchos, no te creas.
Y es que hace muchos, muchos años, decidí renegar del deporte. De lo que se llama deporte. De aquello a lo que nos referimos todos cuando decimos deporte: Ver a un montón de tíos (lo del machismo también puede sumarse a las lacras que mencionas y que rodean al gran espectáculo del júrgol) corriendo por ahí y haciendo cosas sudando mientras se bebe una cerveza, se abren patatas o se repantinga uno en el sillón de casa o en el taburete del bar.
No, eso no me mola.
Sí que me molaba antes jugar con los amigos en el patio del colegio (hace, de nuevo, muchos años) y a la salida de clase. Me sigue gustando hacer gimnasia con mi propia tabla de ejercicios aprendidita de las lecciones de mucho tiempo de gimnasio, y doy vueltas de cuando en cuando con la bicicleta. Eso sí me gusta.
Lo de ver… como que no. Que no tengo tiempo para perder en esas cosas.
Me gustaMe gusta
21 abril, 2017 at 2:08 pm
Buen apunte ese, que se me olvidó comentarlo. Me hace gracia la gente tan apasionada a ver deporte y que después no lo practica. ¡Si lo divertido es jugarlo! Y si lo practicas, pues puedo llegar a entender que te guste verlo, por el hecho de valorar más lo que hacen.
Yo fui más de baloncesto también, siempre lo escogía cuando tocaba deporte libre en el colegio o instituto, y ahora voy cuando puedo a ver al equipo de mi barrio, porque conozco personalmente a algún jugador, con algunos estudié, y tengo ese elemento de cercanía. He hecho intentos de ver algún partido de la primera división, pero al final me voy a los resúmenes porque pienso en la de cosas que podría adelantar en esas dos horas…
Mi conclusión es que el auge de los deportes no es por el propio valor de los deportes, sino por la incapacidad de la gente de buscarse actividades o aficiones alternativas.
En fin, al final estas divagaciones se curan compartiendo opiniones diversas, por lo que agradezco una vez más tu aporte. ¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
21 abril, 2017 at 3:53 pm
Ante todo, enhorabuena por tu desintoxicación. Me parece admirable todo gesto de gran fuerza de voluntad y dejar un vicio no es fácil. Dependencias químicas aparte, la tendencia social supone una barrera que ya quisieran muchos porteros. Aún recuerdo las veces que he intentado dejar de beber refrescos o cerveza en pos de una barriga más veraniega y he sucumbido vilmente a la tercera ronda de Acuarius o Nesteas.
A mi me gusta el fútbol. El fúltbol de verdad, no soy hincha de ningún equipo ni sigo incondicionalmente a nadie. Simplemente veo los partidos que considero que pueden ser interesantes, y alguno más por caprichos del momento. Desde luego es una lástima tener que dejar de seguir un deporte por motivos que no son del deporte mismo. La violencia siempre ha estado ahí, no creo que el ser humano sea malo por naturaleza pero sí violento. No recuerdo una época de mi vida en la que los recuerdos desagradables ligados al balompié no estén presentes, empezando por el asesinato del colombiano Escobar por el gol en propia meta en USA 94. Me acuerdo de él cada vez que un defensa marca por error en su portería y alguien comenta «es para matarlo»…
Lo de la economía y el fútbol se ha ido de las manos. Se maneja tanto dinero, cantidades desorbitadas, que es imposible pretender que no haya corrupción en los clubes, que en el campo los jugadores no se sientan presionados y se les vaya de las manos, y que comercialmente sea una empresa tan agresivamente presente que no haya aficionados que pierdan la cabeza con los árbitros, con los futbolistas de su propio equipo, con los aficionados de otros equipos… incluso me parece «lógico» que los padres se líen a guantazos porque he oído incontables veces aquello de «mira que bien juega mi nene con lo joven que es, este nos saca de pobres» (suelen ser los mismos que se quejan de su trabajo y buscan solucionarlo echando la quiniela y el euromillón).
Quizás sea la cantidad de dinero que mueve lo que hace del fútbol un deporte diferente (por las malas) del resto, o tal vez solo se deba a su desarrollo histórico y pase lo mismo, o no, con otros deportes en futuros próximos. Incluso puede que lleguemos a ver a hinchas de El rubius y de Auron play pegándose en las calles por sus amados youtubers. El pueblo siempre ha seguido a las masas y siempre ha sido violento. Ojalá la gente leyese más, así entendería que la mejor forma de demostrar que tus ideas son mejores que las del resto es convenciéndoles en el campo, no liándose a palos en las gradas.
Me gustaMe gusta
22 abril, 2017 at 7:51 am
Totalmente de acuerdo. Como haces tú, recuerdo que cuando era adolescente en mi grupo de amigos había uno que decía «no soy de ningún equipo, yo veo los partidos que me parecen interesantes». Y le mirábamos raro, porque no entendíamos que se pudiera disfrutar del fútbol sin ir con uno de los dos equipos. Hoy reconozco que es lo más sensato. El forofismo ha destruido el fútbol, porque genera el enfrentamiento y porque lo masifica, el «ser de un equipo» hace que todo se concentre en esos equipos de los que parece que hay que ser. A mí me gusta el baloncesto y cuando tengo tiempo veo algunos partidos sin ser especialmente de un equipo, y definitivament creo que es la opción más sensata. Un saludo, ¡gracias por tu comentario!
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 abril, 2017 at 5:43 am
Felicidades, excelentes razonamientos.
Yo personalmente soy de las que no entiende el fútbol ni tampoco las rivalidades que provoca.
En mi casa siempre ha habido rivalidades por ser mi padre y hermano de equipos clásicamente rivales y creedme, eso provocó mi hastío de futbol.
A día de hoy, en mi propia casa está terminantemente prohibido el fútbol en todas sus variantes, ni verlo, discutir sobre partidos….
Sólo se permite ver a la selección española y nada más.
La gente muchas veces me dice que soy una exagerada, pero realmente me pasa lo mismo que a ti, me siento insultada por unos niños que juegan a pelota muy bien y se les llega a considerar dioses.
Me gustaMe gusta
24 abril, 2017 at 1:07 pm
Justo hoy en la academia que trabajo, con la resaca del Real Madrid-Barcelona, hablaba con los chicos sobre este tema. Me parece bien que haya rivalidad sana, le da un poco de sal a la vida, pero ahí de insultarse porque «su» equipo ha gando al equipo «de los otros», lo siento pero no. Me ha gustado la conversación, porque razonadamente hemos llegado al acuerdo de que en el fútbol hoy en día hay cosas inadmisibles. Sin embargo, a pesar de reconocerlas, las asumen como algo que existe y punto, y en ningún momento las consideran tan problemáticas como para plantearse aficionarse a otras cosas más sanas. En fin, supongo que es un lastre que traemos de base, pero con opiniones y comportamientos como el tuyo espero que próximas generaciones estén más concienciadas. Un saludo, ¡gracias por tu opinión!
Me gustaLe gusta a 1 persona
12 mayo, 2017 at 8:27 pm
Wow!! Voy a tomar en cuenta todo lo que haz escrito , yo soy una aficionada a mil del futbol y bueno en general de los deportes . El fanatismo al extremo no es sano .
Buen post !!:)
Me gustaMe gusta
14 mayo, 2017 at 2:19 pm
Me alegra tu actitud. Yo creo que lo malo no es el fútbol, sino la actitud que tenemos frente a él. No se trata de diabolizar ese deporte, sino cómo la gente lo absorbe e interpreta. Ojala todo el mundo fuera tan reflexivo como tú. ¡Un saludo!
Me gustaMe gusta
22 junio, 2017 at 7:21 pm
El fútbol puede ser muchas cosas malas… pero lo que si tengo claro es que es UN JUEGO, y el mejor del mundo!!
No se necesita nada más que un tapón de botella para divertirse.
Es un juego de equipo… vales lo que valen tus compañeros!! Es pura pasión!! Quién no cantó el gol de Andrés Iniesta ?? A quién no se le pusieron de punta los pelos de la nuca ese día??
Como he dicho, tiene muchas otras cosas mal hechas y denunciables… pero, también es puro arte (gol de Maradona a Inglaterra)
Saludos
Me gustaMe gusta
23 junio, 2017 at 2:25 pm
Cuando comprendí que los clubes de fútbol eran empresas interesadas, dejé de verlos e intenté descargar esta frustración en las selecciones, pues, iluso de mí, pensé que al jugar por su propio país lo harían con verdadera pasión.
Pero, sinceramente… ya son muchas gotas que colman el vaso. Cesc y Xavi jugando a medio gas para no lesionarse y fastidiar sus contratos en Qatar y con el Chelsea… Francia clasificada por la mano de Henry gracias a la intervención divina de Platini desde las oficinas… si te vas ya a los extremos y recordamos el asesinato de Escobar por meterse un gol en propia puerta… así que ya ni eso, a mí el gol de Iniesta, ni fu ni fa.
Sí, estoy de acuerdo en que el fútbol es una pasión (de hecho si no fuera así no existirían estos extremos). Como también estoy de acuerdo en que se nos ha ido de las manos. Me avergüenza que se aplauda a un jugador que está defraudando una millonada que debería ir a servicios públicos, y me desanima como persona que las personas sigan a clubes que permiten que eso ocurra en sus filas.
Es alegría, diversión y pasión para muchos, pero creo que es nuestra responsabilidad enfocarla bien. En el momento en que veo que se convierte en algo más que deporte (violencia, corrupción…), hay que darle la espalda para no acrecentar ese problema. Oye, que ilusión por el fútbol hay en todos lados, y la misma alegría me va a dar que gane el equipo de mi barrio aunque esté en tercera división (más incluso, porque es gente con la que incluso convivo y puedo tener más cercanía que con los endiosados jugadores de primera división).
Cada uno tiene el derecho de seguir lo que quiera, por supuesto, pero a menudo nuestra verdadera pasión no es la que nos venden día sí, día también en los informativos. Un saludo, ¡gracias por compartir tu opinión!
Me gustaLe gusta a 1 persona
23 junio, 2017 at 2:41 pm
Te doy toda la razón
Nuestra pasión no es la misma que la de ellos.. en el fondo son mercenarios, pero excesivamente pagados!!
Lo que es cierto es que «ellos vienen y van, pero el sentimiento es para siempre» NADIE TE PUEDE ARREBATAR NADA SI TU NO SE LO DAS!!
Lo malo, es que eso mismo que críticas, con toda la razón, está pasando en escuelas y asociaciones deportivas de fútbol. Lo mismo, pero en fútbol base.
Hacen lo que ven. Y los niños son $
Me gustaMe gusta
25 junio, 2017 at 1:00 pm
Exacto, lo peor del fútbol se ve en el fútbol base, donde se supone que todo es ilusión. El problema es que todos los niños sueñan con jugar en Madrid o Barça, porque parece que solo existan esos dos equipos (culpables los medios de comunicación también). Se busca ya un súpercontrato desde niños (he visto firmar contratos a niños de 5-6 años…), y la pasión por el club queda relegada, muerta y asesinada. Es muy triste que, como dices, todo se haya convertido en un trasiego de mercenarios. Un saludo, ¡gracias por pasarte por aquí!
Me gustaLe gusta a 1 persona