Hoy toca entrada personal, de esas en las que transformo el blog en mi ombligo y nos tomamos un café virtual para contaros algo sobre mí. Y puesto que Facebook me recordó ayer que hace tres años que me hice mi tatuaje, me ha dado la excusa perfecta para ejercer este acto tan ególatra.
Sirva como precedente que yo siempre he sido un niño bueno, de portarme bien y no transgredir las normas (legales, sociales, morales, familiares…). Así que, lo de hacerme un tatuaje era un poco salirme de la norma (ya ves tú). Pero tenía ganas de hacérmelo y solo faltó quedar con una amiga para hacernos uno el mismo día para decidirme (amiga que iba en proceso de convertirse en algo especial que espero que me dure más que el tatuaje).
Además, no fue un capricho. Sabía muy bien lo que quería, y por qué lo quería. Sabía que no me iba a cansar de él. Sabía también que no quería un tatuaje bonito, sino uno icónico, representativo. Y por ello, escogí grabar en mi piel la estrella argéada o Sol de Vergina.
Es un símbolo macedonio que apareció por primera vez durante el reinado de Filipo II y que se hizo famoso al ser representativo de Alejandro Magno (los que hayáis leído El sanador del tiempo, ya habréis visto mi admiración por este personaje). Alejandro conquistó a sus 25 años todo el mundo conocido. Pero no es esa característica, si bien es valorable, la que me hizo optar por este dibujo. No soy yo amigo de los imperialismos, más bien todo lo contrario.
Una de las características distintivas de Alejandro como conquistador era que no imponía su cultura en las tierras conquistadas. Respetaba las creencias ajenas. Aprendía de ellas. Buscaba un mundo unificado desde la diversidad, sin enfrentamientos, asentado mediante la base del respeto. Yo, a día de hoy, el respeto es lo mínimo que le pido a una persona, pues estoy seguro que es la única forma de conseguir un mundo sano.
Por otro lado, la estrella argéada era el emblema que aparecía en el escudo de los argiráspides. Los escudos de plata. Eran veteranos que llevaban más de 7 años al servicio de Alejandro. En cuanto Alejandro Magno comenzó a mostrar su dominio, eran muchos los que se unían a él con el objetivo de hacerse con un botín de guerra de manera fácil y retirarse. Sin embargo, los que permanecían con él eran los que creían en su sueño, los que compartían sus ideales y luchaban por ellos sin tregua ni rendición. Así pues, también representa el esfuerzo y la persecución de un ideal hasta la muerte.
¡Y hasta aquí la confesión de hoy! Y vosotros, ¿tenéis algún tatu en vuestro cuerpo? ¿Tiene algún significado importante?
¡Que tengáis un respetuoso e idealista día!
23 mayo, 2017 at 12:51 pm
Me encanta tu tatuaje. El motivo que hay detrás, más aún. Qué quieres que te diga, me gustaría que se me hubiera ocurrido a mí, jejeje.
Yo también soy la típica niña buena y, cuando me hice el primero, a mi madre casi le da un hictus. Es una estrella pequeñita que se tapa con el reloj, nada ostentoso. Un estrella, porque siempre me han encantado. Una estrella, porque siempre me olvidaba de que no debía apagar mi luz para que se viera brillar más a los demás.
Hace un par de años me hice un mapamundi en la muñeca. Como Alejandro, yo también quiero tener el mundo al alcance de mi mano.
Me gustaMe gusta
25 mayo, 2017 at 8:03 am
¡Ole! Una estrella además que te recuerde que aunque todo esté oscuro, uno nunca debe dejar de brillar (es más, es en los momentos más oscuros cuando de verdad hay que demostrar el brillo de cada uno). El concepto del mapamundi en la muñeca… ¡me encanta! No hay que dejarlo escapar, que es maravilloso. ¡Un saludo! ¡Gracias por pasarte y comentar!
Me gustaLe gusta a 1 persona
23 mayo, 2017 at 4:42 pm
Es muy bonito saber la historia que hay detrás de cada tatuaje, siempre que veo alguno que me llama la atención me pregunto que historia tendrá que contar 🙂
Me gustaMe gusta
29 mayo, 2017 at 9:05 am
¡Sí! Yo me he quedado muchas veces con las ganas de preguntar a algún desconocido sobre su tatuaje, sobre todo si veo que son icónicos, que no son del tipo artísticos pero que seguro que tienen un gran significado detrás. Mira, aprovecharé este comentario como motivación para no quedarme más con las ganas y la próxima vez no dejaré que la timidez me impida preguntar. Un saludo, ¡gracias por comentar!
Me gustaLe gusta a 1 persona
25 mayo, 2017 at 10:23 am
No me gustan los tatuajes por dos razones: no veo la necesidad de poner en peligro la salud, y cuando los años hacen cambiar las perspectivas pueden volverse un tanto paradójicos; sin embargo fue muy cálida tu exposición, interesante tu punto de vista y una decisión muy respetable.
Me gustaMe gusta
29 mayo, 2017 at 9:13 am
A mí me gustan cuando tienen un significado detrás (me gusta mucho también ver los que se hacen simplemente por la belleza artística del dibujo, pero no son mis favoritos). Tienes razón en lo de las perspectivas cambiantes. De hecho, TODO es cambiante en este mundo. A mí me costó asumirlo porque vivimos en una sociedad que tiende a equiparar lo bueno con lo estable. Pero para mí ese tatuaje representa el salto de la timidez a la extroversión, de lo pasivo a la acción, de sobrevivir a vivir, de correr para huir de los miedos a correr para perseguir los sueños. Es el cambio mental que me ha hecho entender la felicidad. Puede que algún día vea las cosas de manera diferente, pero en ese caso el tatuaje me recordará una de las etapas de mi vida que considero más importantes. Los recuerdos, sean buenos o malos, no hay que olvidarlos, porque es lo que hemos sido y es lo que al final nos va a decir si nuestra vida ha valido la pena o no. Yo de momento (solo lo tengo 3 años), no me he cansado del tatu. De hecho, a veces cuando no hago lo que debiera para cumplir mis sueños lo miro y me digo “no estoy siendo consecuente con él”, y me ayuda a encender esa chispa que necesito para seguir luchando. Un saludo, ¡muchísimas gracias por compartir tu opinión!
Me gustaMe gusta
25 mayo, 2017 at 10:53 am
Está majete, el tatuaje. Eso sí, yo no llevo ni uno. Nunca me lo he propuesto siquiera.
Muy bien el apunte sobre la forma de gobernar de Alejandro, por cierto 😉
Me gustaMe gusta
29 mayo, 2017 at 9:15 am
Yo, a pesar de que me encanta la historia de Alejandro y que eso distorsiona un poquito mi visión objetiva, siempre me pregunto si Alejandro gobernaba así por ideal o por estrategia política. Si pretendía hacer un extenso imperio, no tenía sentido enemistarse con cada pueblo conquistado, siempre es más fácil el control si te ganas el favor de la población. En cualquier caso, sigue siendo una pequeña muestra de que el mundo funcionaría mejor desde el respeto a la diversidad que desde la imposición de lo propio. Un saludo, ¡gracias por pasar por aquí!
Me gustaLe gusta a 1 persona
29 mayo, 2017 at 10:29 am
¿Y por qué no por una mezcla de ambas? No lo sé, ni lo podremos saber (a no ser que logremos una forma de contemplar el pasado como… como… ¡como en tu novela! :D)
Me gustaMe gusta
31 mayo, 2017 at 12:23 pm
Jajaja. Cierto, yo que soy un defensor del término medio de Aristóteles y de la navaja de Ockham, pasé por alto que lo más sencillo es que hubiera sido un poquito de cada. Si es que con Alejandro pierdo la perspectiva y la objetividad… ¡Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
27 mayo, 2017 at 12:14 pm
No llevo ningún tatuaje, pero estoy contigo en perseguir un ideal hasta la muerte. Ahora estoy acabando de leer El Quijote, el cual venera a Alejandro. Me gusta tu post.
Me gustaMe gusta
29 mayo, 2017 at 9:20 am
¡Curioso! No sabía yo esa relación entre El Quijote y Alejandro. De hecho, y que esto quede entre nosotros, me cabreo cuando se utiliza El Quijote como lectura obligatoria en los institutos. Entiendo su importancia, pero creo que recomendarlo a muchachos que están empezando a leer no hace otra cosa que matar la pasión por la lectura. Más que leer, sienten que están traduciendo. Considero que es un tipo de lectura para lectores más maduros, capaces de entender su valor histórico. Me encantaría leer tu opinión al respecto. Un saludo, ¡gracias por pasar por aquí!
Me gustaMe gusta