Una de las cosas que más me llenan como escritor, si se me permite la egolatría, es firmar uno de mis libros. Si bien aún me cuesta asumir que alguien quiera que le manche las primeras hojas con algunas palabras y un garabato, lo que no os podéis imaginar es la ilusión que me hace a mí que alguien quiera que le dedique o le firme el libro. Para que os hagáis una idea, en términos de alegría, es de las pocas veces que entiendo el significado de la palabra infinito.
En estos casos, a mí me gusta escribir unas palabras personalizadas. Cuando conozco a la persona se me hace muy fácil, me pongo a escribir y soy de esos que más le valdría incorporar la dedicatoria como suplemento del propio libro.
Pero cuando no conozco al lector, se me hace más difícil, y me niego a recurrir al básico «Para ___________«. Es en ese momento cuando más reivindico la cercanía entre lector y escritor, la destrucción de la frialdad reducida al papel. Es ahí donde las nuevas tecnologías tienen un papel relevante y cambiar los roles se hace muy fácil, donde al final espero que la interacción sea simplemente entre dos personas que se han encontrado en este mundo a través de una historia escrita o de un proceso creativo que conecta sus inquietudes.
Como lector, cada vez descubro la humildad de muchos autores que se encuentran pegados a su obra, que te dejan ser partícipe de ella más allá de los límites de las letras y que hacen que disfrutar de sus textos sea algo todavía más increíble. Por supuesto que venero a los grandes autores, si están ahí es por algo y hay infinidad de talento que aprender de ellos, y entiendo que no puedan atender a sus miles y millones de seguidores, pero cada vez más estoy desplazando a los autores consagrados por escritores más accesibles.
Y ahora que me pongo en el lado del que escribe, agradezco este giro en la situación, pues no hay nada que me rompa en más pedazos emocionales que un lector intentando contactar conmigo por cualquier motivo relativo a mi obra. Somos personas, los que estamos aquí delante y los que estáis ahí detrás. Creemos lazos, que al final son los verdaderos interruptores de los sentimientos.
Un saludo.
¡Que tengais un enlazante día!
19 junio, 2017 at 1:32 pm
Mucha luz Jon :p
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20 junio, 2017 at 1:01 pm
Vale, pero si pagas tú la factura xD
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20 junio, 2017 at 10:33 am
No podria estar más de acuerdo contigo, tengo la suerte de que alguno de esos autores más accesibles a día de hoy sean amigas. Yo tengo el ejemplo de este año en la FLM, fuí a la firma de Carme Chaparro y no pudo ser más cercana, con una dedicatoria totalmente personalizada, y la verdad que se agradece mucho que se tomen su tiempo en mirarte a los ojos.
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20 junio, 2017 at 1:04 pm
¡Sí! Yo tengo amigos que se han hecho autores y autores que se han hecho amigos. En un mundo en el que las relaciones y emociones tienden a despegarse, vuelve la literatura otra vez a sorprendernos con la tendencia contraria. ¡Como para no amar los libros! Un saludo, ¡muchas gracias por tu comentario!
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22 junio, 2017 at 11:52 am
Disfruto enormemente dedicando y firmando libros a quienes me lo piden. Amigos, familiares, compañeros de trabajo y, esto es lo que más me gusta, personas que he conocido gracias a mi blog, con las que no tenía contacto previo.
A mí también me gusta personalizar el mensaje (ya sabes que también incluso a veces personifico y dedico un relato corto… el tuyo está en camino, que se me acumulan 😀 ), y, por fortuna, he podido «saber» algo de dichas personas como para que mi dedicatoria no sea fría e impersonal…
Es un gustazo firmar libros escritos por uno mismo, sí 🙂
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23 junio, 2017 at 2:15 pm
Estoy de acuerdo contigo. Sin meternos en términos de cantidad a la hora de firmar un libro, puesto que la ilusión siempre es máxima, si que es verdad que es un gustazo hacerlo con gente que no es de tu entorno más cercano ya que en parte, estas personas lo hacen para apoyarte.
Respecto a mi relato personificado, guau! que sepas que me hace tremenda ilusión y lo espero para cuando puedas, sin prisa que sé de tus múltiples inquietudes, jeje.
¡Un saludo de nuevo!
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26 junio, 2017 at 6:22 am
Para que te hagas una idea: tengo tres relatos «personalizados» en espera, por riguroso orden de llegada de reseñas 🙂 La semana pasada fue de acumulación… pero por supuesto que lo tendeis todos.
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