Entramos oficialmente en verano y el mundo vuelve a dividirse entre los que aman y los que odian la playa. Yo, personalmente, me encuentro entre estos últimos. Puede que sea por el blanco nuclear de mi piel, o puede que sea por eso de que tendemos a valorar menos lo que tenemos al lado. Y vosotros, ¿de qué bando sois?
Pero como este es un blog de literatura, quiero hablar de cómo, una vez más, los libros modifican mi vida mejorándola. Soy incapaz de estar más de diez minutos en una playa. En el agua, aún paso. Pero fuera de ella, no me entusiasma sentirme como una barbacoa recibiendo rayos solares en uno de los llamados (incomprensiblemente) mejores placeres del mundo.
Eso sí, la cosa cambia si tengo un libro en mis manos. Lo confieso: me entusiasma ver a las personas llevándose su libro a la playa y disfrutando de él sobre la arena. Me pone más que ver esos bikinis que os convierten en ángeles terrenales (bueno, cuando prescindís de la parte superior de ellos igual ya está la cosa ahí ahí…). Bromas aparte, lo que vengo a decir es que cuando leo (o en su caso escribo), soy capaz de retenerme a mí mismo en un lugar que no me atrae para nada. De esa manera sí puedo estar horas en la playa.
Así que, de nuevo, un libro cambiando la realidad que nos rodea. Como siempre.
Nada más que decir, que últimamente me he estado extendiendo en las entradas.
¡Que tengáis un veraniego día!
23 junio, 2017 at 9:13 am
Hace años (pero muchos) que no voy a la playa. Porque pasear cerca de una no cuenta, claro, en este contexto. No soy tampoco muy amigo, de todos modos, pero a veces, dado que hace mucho tiempo que no me tumbo al sol y me meto en el mar, siento ganas de ir aunque sea solo un día…
Me gustaMe gusta
23 junio, 2017 at 2:29 pm
Yo es que soy de culo inquieto, a jugar a las palas y bañarme vale, pero eso de estar tirado improductivamente en una toalla lo llevo mal, jeje.
Me gustaLe gusta a 1 persona
24 junio, 2017 at 8:06 am
si quieres playas tranquilas para relajarte, pensar, escribir, …, prueba la zona de Valencia hacia abajo
quitando Gandía, lo demás es relaxinggg!!
ej: xeraco
Me gustaMe gusta
25 junio, 2017 at 1:18 pm
¡Ala! Pues últimamente estaba haciendo «senderismo» por las playas. He hecho las rutas Alicante-Santa Pola; Alicante-Campello; Campello-Benidorm… no descarto un día empezar un poco más al norte y caminar rumbo a Valencia. Lo que pasa que ahora ya con el calor que hace es imposible esos pateos… pero lo tengo en cuenta. ¡Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona