Ya sabéis que soy un seguidor confeso de la autoedición. Pienso que en ella está el futuro de la literatura y que abrirá (ya lo está haciendo) unos horizontes que escapan a todo lo visto en el pasado en cuanto a edición y distribución literaria. Sin embargo, como escritor, también opté en su momento por lanzar la caña a ese mar de ego mecido por las editoriales para ver si era capaz de atrapar algo de autosatisfacción en el anzuelo y aquí os cuento mi experiencia hasta hoy.
En mis comienzos, pensaba que la única manera de publicar era ganar algún concurso cuyo premio era publicar tu obra o plasmar tu relato en una recopilación. Así pues, me dediqué a la participación masiva en concursos consiguiendo ser premiado en dos de ellos.
Sin embargo, estas victorias no las sentí como tales. Había algo que no resonaba en mis tripas. Los relatos ganadores no eran en mi opinión los mejores que había escrito. Y en cambio, había relatos que, bajo el punto de vista del autobombo, me parecían mucho mejores y apenas habían recibido atención. O lo que es lo mismo, lo que recogía no era reflejo de la ilusión que sembraba.
Perdí entonces la ilusión en los concursos, porque me adaptaba a ellos, a sus reglas, a sus normas y a sus momentos. A todos esos aspectos de los cuales el corazón se desentiende y que te alejan de parámetros que considero esenciales combinar con las letras cuando uno las utiliza para dar forma a la cosas que tiene en la cabeza. La camaradería en los fallos y la corrupción (si hasta el Premio Planeta se considera un timo, ya está todo dicho) fueron las excusas perfectas para desapegarme por completo de cualquier concurso literario.
Decidí apostar entonces por lo que amaba con locura, por aquello que me desvelaba por las noches escribiendo hasta altas horas de la madrugada y de cuyo resultado estaba orgulloso. Si yo creía en mis obras, ¿por qué una editorial no iba a hacerlo? Me dediqué al envío y consecuente cosecha de respuestas negativas (cuando no ignorancia) por parte de las distintas editoriales. Para entonces, todo lo hacía mal, pero jamás olvidéis que los errores son siempre la primera parte del acierto. No me desanimé. Me dediqué a aprender de los fracasos. Tampoco olvidemos que la función de un fracaso es hacernos mejorar, su objetivo no es hundirnos en la mierda. Jamás fueron creados para eso. Prohibido desanimarse.
Si tuviera que destacar un aspecto en este aprendizaje es el relativo a la propuesta editorial. Tendemos a enviar el manuscrito en masa y esperar esa llamada ganadora. No. Hay que hacer una buena propuesta editorial, tenemos que hacer saber a nuestro editor por qué debe apostar por nuestra obra. Parece de cajón, pero cuanto más aprendes a mejorar la propuesta editorial, más entiendes por qué no te hacían caso. Permitidme esta ligera blasfemia, pero esa propuesta es casi más importante que la propia obra en el camino hacia el éxito.
Fue entonces cuando comencé a recibir algo de atención y a recibir ofertas editoriales, por llamarlas de alguna forma. Algunas, procedentes de esas editoriales de autoedición encubiertas que juegan con la ilusión de la gente. Piratas de los sueños que buscan el deseo ajeno como materia prima para confeccionar sus beneficios. Ya conocéis mi experiencia con Atlantis. Otras contactaron con buena fe pero con unas condiciones inaceptables. No por su actitud, sino por las dificultades propias de las editoriales emergentes que no están en la élite.
Mi momento clave personal en este camino lo encuentro cuando recibo una valoración positiva de Ediciones B. Al firmar el contrato con un sello editorial de confianza y líder en España, siento esa satisfacción del que busca una aguja en el pajar y la encuentra, aunque con la ilusión algo mermada por las anteriores experiencias nombradas. En septiembre (en principio), publicaré con ellos bajo el sello B de Books.
¿Cómo me está yendo con ellos? Os lo contaré en el próximo post de experiencias editoriales, que este ya se me está alargando demasiado. El trato, de momento, exquisito. No puedo más que decir cosas buenas de la editora y del equipo. ¿Las sensaciones? Bueno, aquí ya entramos en un terreno de luces y sombras que estaré encantado de compartir con vosotros.
Un saludo.
¡Que tengáis un buen (y no muy caluroso) inicio de agosto!
2 agosto, 2017 at 10:49 pm
Muy alentador, la verdad. Me dan ganas de intentarlo.
En mi caso, tras varios conocidos con experiencias en esas editoriales de «autopublicación encubierta» (todos me las calificaron como grandes timos), opté por la autopublicación en Amazon, supongo que por miedo a timos o vete a saber, y estoy bastante contenta.
Gracias por el aporte.
Saludos!
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6 agosto, 2017 at 3:09 pm
Esos timos deberían estar regulados con leyes que preserven la ilusión de los autores noveles… Yo sigo diciendo que la autopublicación es un privilegio que tenemos que aprovechar. Es muy difícil, sí, porque partes de cero en un océano en el que es muy difícil ser una gota visible, pero apostar por uno mismo es una experiencia muy gratificante que magnifica la ilusión de los resultados, aunque haya que sudar para conseguirlos. Mucha suerte, impregna toda tu ilusión en tu proyecto que eso hará de gasolina para que todo salga como esperas. Tu libro, si no me equivoco, es «Exlusiva de amor». Prometo echarle un ojo en cuanto tenga un poquito de tiempo, que estoy en pleno proceso de promoción y renovación de web y ando liado, pero en cuanto pueda me hago con él. ¡Un saludo!
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3 agosto, 2017 at 1:58 pm
Enhorabuena por esa actitud y esas ganas de coger las riendas de tu vida, de la vida que quieres. Yo estoy en ello, y quiero pensar que el esfuerzo y creer en lo que haces, siempre tiene una recompensa. Así que ánimo para todos los que estáis dudando si tiraros a la piscina o no. Qué es lo peor que puede pasar? Un rechazo? Pues a por el siguiente. Siempre hacia adelante. Por cierto, gracias por seguirme, así te he descubierto. Estaré atenta a esos libros B 😉
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6 agosto, 2017 at 3:14 pm
Me alegra ver que hay gente que tienen inquietud e ilusión en luchar por lo que quiere. Es lo que más me gusta en esta vida. Yo también tengo fe ciega en que todo esfuerzo conlleva una recompensa. A veces nos parece que no es así, pero es solo porque no sabemos valorar las recompensas en sí. Yo con mi libro autoeditado no me habré hecho millonario, pero me ha dado unas alegrías tremendas. Te confieso, además, que aunque en el que voy con editorial se venda más, puede que no me cause tanta ilusión porque siento que pierdo conexión con el proceso, como que la obra es menos mía (aunque sigo diciendo que el trato de momento inmejorable). Ya veremos. Al final todo con empeño y ganas, sale. Un saludo, me alegra mucho verte por aquí.
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4 agosto, 2017 at 7:20 am
Esa trayectoria creo que es similar en todos los que estamos en este mundillo, con algunas diferencias mínimcas pero, en esencia, con las mismas etapas. Lo mejor, al tratar con las editoriales, creo yo, es ir con una sonrisa cínica y descreída, no esperando nada beneficioso y vigilando muy de cerca lo que te proponen.
En tu caso, parece que la cosa ha funcionado, así que te deseo mucha suerte con B de books. ¡Ya contarás!
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6 agosto, 2017 at 3:20 pm
Yo creo que con tanto volumen de obras que mueven, la promoción (que pienso es el único beneficio que aporta la editorial respecto a la autoedición) va a ser ínfima. No sé si compensará la pérdida de autonomía respecto a la obra, que la ves como un poquito más lejana o al menos yo tengo esa sensación. Ya veremos. De momento el trato ha sido genial, no tengo ninguna queja, pero para lo próximo que haga tengo pensdo seguir el camino de la autoedición. Puede que piense así por las alegrías que me he llevado con él. Ya veremos. ¡Un saludo!
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29 agosto, 2017 at 10:15 pm
Hola, yo también he seguido más o menos tu camino, empecé a enviar mi primera novela a editoriales de renombre, con respuestas de «este año ya tenemos el calendario lleno» y semejantes.
De ahí debí haber aprendido a enviar a editoriales menos rimbombantes, pero desistí e investigué la autopublicación: estoy de acuerdo contigo, juegan con las ilusiones y lo peor es que te metes a pagar impuestos en USA o España y en tu propio país (soy de México) y no estoy dispuesta a eso.
Cuando revisé Amazon, ellos aún no estaban en México, y tenía yo que pagar impuestos en USA y acá, con las complicaciones que eso lleva, además de mermar el ingreso, por otro lado, vi muchas quejas de escritores a los que no se les pagaba debidamente; de modo que opté por autopublicar por mi cuenta y riesgo (no sé si es lo que haces tú) y promoverla (muy mal) también por mi cuenta.
Con mi segunda novela, ni siquiera he terminado la tienda online para su comercialización, estoy dedicada a escribir en mis blogs, pero aún con la inquietud de ver mis novelas y poemas en libros en papel.
Te deseo la mejor de las suertes y muchas gracias por compartir tus experiencias.
Por supuesto, te sigo.
Abrazo de luz.
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31 agosto, 2017 at 7:13 pm
¡Saludos!
Publicar con editoriales es muy difícil. Hace un tiempo era la única opción pero a día de hoy comienzan a ser prescindibles (yo ya no sabría si recomendarlas, podré valorarlo tras el 6 de septiembre que me publican una obra).
Yo tengo fé ciega en la autoedición. De hecho creo que será obligatorio porque las editoriales solo acabarán cogiendo a gente que haya autopublicado con éxito y tengan una base de seguidores (y habrá que ver si para entonces la autoedición no acaba eliminando a las editoras). Es cierto que la opción más fácil y económica es Amazon en ese caso. Pero por suerte, estan apareciendo imprentas bajo demanda que te permiten imprimir poquitos ejemplares y a buen precio. En España las hay que te sacan ejemplares a 5 euros, vamos, un precio bastante asumible.
El problema radicará en la promoción (a día de hoy, la única ventaja que otorga una editorial). Promocionarse a uno mismo es una tarea infernal, y el hecho de que sea tan fácil publicar lo va a hacer todavía más difícil.
Pero bueno, como yo digo, los que lo hacemos por ilusión y no buscando un éxito explosivo, seguro que encontramos ese huequecito que llenar con felicidad en este difícil mundo literario.
Ánimo, utiliza esa ilusión que solo los que hacemos las cosas por amor tenemos y adelante. En cualquier cosa que sientas que pueda ayudarte, aquí me tienes. ¡Un abrazo!
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31 agosto, 2017 at 8:53 pm
Hola, muchas gracias por tu respuesta, yo me lancé en la libre, por la libre, es decir, yo la comercializo directamente, sin mucho éxito, he de confesar, sobre todo porque mi «landing page» la hice yo y está muy pobre, muy mal, no es profesional.
Pero, como dices, los que lo hacemos por la ilusión, lo disfrutamos por el simple hecho de Hacerlo y perder el tiempo promocionando es fatal, así que ya ni lo intento y mejor me dedico a escribir y subir lo que escribo yo y otro escritor; pero quizá algún día le dedique tiempo a promocionarme, siempre está ahí la espinita, ojalá tuviera quien lo hiciera por mí.
Abrazos de luz
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4 septiembre, 2017 at 1:41 pm
Promocionar es muy difícil… ni haciendo todas las cosas bien se te asegura el éxito. Es como el inglés en el currículum, que tengas un buen nivel de inglés ya no te da ventaja porque mucha gente lo tiene. Sin embargo, no tenerlo sí que te deja atrás…
Lo que yo tengo claro es que para triunfar con las promociones hay que hacer algo diferente, que no haya hecho nadie, que llame la atención. Y eso se consigue poniéndole pasión, siendo uno mismo se alcanza ese punto diferencial que te hace destacar. ¡Un abrazo!
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4 septiembre, 2017 at 10:14 pm
Muchas gracias por tu consejo, me suena muy lógico y práctico, como para llevarlo a cabo lo más pronto posible.
Abrazo de luz
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