¡Se acabó la segunda jornada del concurso Tu libro no me suena (todavía)! Seguimos, aunque con un pequeño bajón en la participación que, jope… da penilla. Se ofrecen libros gratuitamente, se hace un formato entretenido… y aún así cuesta enganchar a la gente. El panorama literario está peor de lo que pensamos. Pero bueno, nosotros seguimos. ¡Vamos con los aspectos más destacados de la segunda jornada!
En primer lugar, nueva victoria de Revolución Reign: Príncipe de Priscilla Ferrari, obra que se queda con el papel de favorita tras el abandono de Rimas Prematuras con quien se batía el primer puesto. ¡Todo apunta que esta historia de fantasía épica va camino del campeonato!
En el otro extremo tenemos La muerte de Pico Mocho y otros relatos de Roberto Enrique Araque que nos deja en esta segunda estación. Agradecemos la participación a esta recopilación de cuentos que esperamos hayáis disfrutado. A lo largo de la semana, entrevistaremos a su autor en el blog.
Y a partir del lunes que viene, ¡seguimos con la tercera jornada! Os recuerdo que a lo largo de esta semana seguirán disponibles en la web los dos primeros capítulos de cada obra por si sois nuevos en el concurso. Así podéis poneros al día, seguir la semana que viene con el tercer episoio y votar por vuestra obra favorita.
¡Nada más!
¡Que tengáis un buen día!
16 octubre, 2017 at 12:14 pm
Jon Ícaro, es evidente que ni la gente lee tanto ni los “seguidores” son tan asiduos como cabría pensar, y a las pruebas me remito.
Hace tiempo que me di cuenta de algo que, a pesar de que lo respeto, me llamó, y mucho, la atención: observé que un gran número de personas se dedican a adular y halagar a terceros con el único fin de ser correspondidos y eso, a la larga, no hace más que perjudicar al resto de autores/as autoeditados.
Gracias por haberme brindado la oportunidad de participar en algo tan diferente a lo de marras.
Saludos
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17 octubre, 2017 at 9:46 am
¡Hola Francisco! Sí, hay mucho “amiguismo” en la literatura. Incluso en la autoedición. Ahora que tenemos esta herramienta como alternativa a las limitaciones editoriales, se están creando núcleos en los que la gente se compra entre sí y ni siquiera se lee. Sin ir más lejos, hay grupos que se retwitean copando Twiter como si fuera una tarea diaria. En fin, mi esperanza es que la pasión que uno inculca a sus obras está más allá de cualquier estrategia de marketing. Solo hay que atreverse a hablar de ella como si fuera un hijo y contagiar esa ilusión. ¡Un saludo!
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17 octubre, 2017 at 1:33 pm
No sé cómo les irá a otros valiéndose de ese tipo de artimañas para darse a conocer y animar al resto a comprar obras sobrevaloradas a cambio de ser correspondidos, porque la verdad es que he leído a algunos cuyas carencias le dan al ojo incluso al menos docto, y eso, queramos o no repercute sobre quienes tratamos de salir adelante a pecho descubierto, es decir, ofreciendo nuestro trabajo tal cual sin necesidad de enmascaramientos ni recurrir a triquiñuelas.
Saludos
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19 octubre, 2017 at 9:24 am
Eso es muy, pero que muy cierto. El problema del apoyo de conveniencia es que se ha perdido el filtro de calidad (tanto en la historia como en las normas ortográficas básicas). Y como bien dices, eso hace que los que están fuera de ese círculo tengan esa impresión de que lo autoeditado no vale. En fin, no es nada nuevo. Al final en la sociedad solo prospera lo interesado, amén de lo humano y lo bueno. Es muy triste…
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