“Ola, ké ase. Oy bengo a havlar de escrivir vien”. Muchos me preguntáis cómo hago la corrección ortotipográfica y de estilo de mis libros, y esa duda generalizada junto al amor que le tengo a mi corrector favorito ha hecho que me lance a escribir esta entrada. Sabéis que soy un defensor a ultranza de la autoedición. Reconozco que una de las cosas que genera poca confianza en ese formato es esa falta de criba que permite que se publique algo que bien puede tener más faltas de ortografía que palabras… Bien, espero con esta publicación aportar mi granito de arena al respecto.
No voy a hacer un análisis sobre los mejores correctores ortotipográficos existentes porque para mí, y pese a parecer un comercial con estas palabras, solo hay uno fiable y al que declararle amor eterno como escritor: el corrector de MyStilus. Su calidad y alcance es impresionante, y más allá de encontrar errores gramaticales (incluso de avisar de barbarismos, galicismos y todo tipo de palabras que deberían ir en cursiva), valora recursos de estilo como frases demasiado largas, palabras repetidas en corto espacio de tiempo, errores de espaciado, sugerencias adoptadas recientemente por la RAE, fallos de concordancia… Es decir, no solo te va a decir si una palabra está mal escrita, sino que te va a dar consejos literarios muy valiosos que mediante su uso repetido te van a convertir en mejor escritor.
La parte negativa… que es de pago. Incluso para probarlo tienes que registrarte (antes no era así). Con el registro tienes una corrección limitada (muy escaso si eres escritor asiduo), y después tienes tarifas que en mi opinión no son baratas y que pueden ser incluso insuficientes si eres un picateclas empedernido como yo. Otra alternativa gratuita que llama mi atención es LanguageTool, pero está infinitamente lejos de Mystilus. Con decir que no reconoce las palabras modificadas con prefijos o sufijos…
¿Y por qué no el corrector de Word? Sinceramente… no podría valorarlo. Hay dos cosas que me han hecho descartarlo tantas veces que ni siquiera le he dado una oportunidad. La primera es mi versión anticuada de Word, que dejaría fuera muchas normas nuevas de la RAE. La segunda, que siempre ha sido duramente criticado por su simpleza. No sé si alcanza todos los aspectos que he nombrado que aborda MyStilus. Os invito aquí a que actualicéis mis prejuicios respecto a este clásico, que me comentéis vuestra experiencia con él y me digáis cómo ha ido envejeciendo.
De la misma manera, también os invito a que comentéis cuál es vuestro corrector de prescripción. ¿Cuál usáis? ¿Cómo os va? Siempre he creído en el poder colectivo de la autoedición, creo que librarse del yugo editorial nos hace más cooperativos y menos competitivos. Espero vuestras opiniones, a ver si más adelante me veo obligado a corregir este artículo y le puede ser útil a más escritores.
Un saludo.
¡Que tengáis un estiloso día!
23 diciembre, 2017 at 5:10 pm
Muy interesante. No pagaré para que me corrijan mis errores, valen más mis errores que su suscripción. Yo uso el Word 2016 y no va mal del todo, con la suscripción de 10 euros al mes usamos 5 personas el Office completo de forma legal. Pagándolo entre 5 sale barato con una sola suscripción.
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23 diciembre, 2017 at 5:37 pm
Yo con el de MyStilus he aprendido mucho por su amplio rango de acción y sus sugerencias de corrección… pero es muy caro. Probaré a ver con el corrector de Word, no sé exactamente a qué se debe que sea tan prejuicioso con él. Voy a echarle un ojo a ver qué diferencias encuentro con el que uso. Gracias por animarme a ello. ¡Saludos!
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23 diciembre, 2017 at 6:10 pm
No esperes milagros, es Microsoft, o sea el mal hecho software, pero el mal no es tan malo cuando te acostumbras xD Un abrazo.
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23 diciembre, 2017 at 6:40 pm
En mi caso utilizo word 16, sin más, es decir, sin pagar ningún tipo de extra al mes. En esto de escribir soy como Juan Palomo, pues ni siquiera cuento con lectores 0
Saludos
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24 diciembre, 2017 at 4:01 pm
Imagino que Word ha progresado con su corrector, no como mi opinión sobre él que se ha quedado relegada a la arcaica versión que uso del procesador de textos. Pero por tu opinión, junto a la de otros compañeros, creo que debo echarle un ojo. ¡Muchas gracias por tu comentario!
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24 diciembre, 2017 at 4:04 pm
Nada que agradecer y mucho por compartir.
Saludos
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23 diciembre, 2017 at 7:30 pm
Muy interesante. Apuntado queda.
¡Gracias!
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24 diciembre, 2017 at 4:03 pm
De nada, jeje. Yo cuando descubro cosas que me parecen excepcionales, la alegría de haberlas encontrado me hace querer compartirlas. El problema de MyStilus es que cada vez está más restrictivo, antes simplemente con resgistrarte y con paciencia podías corregir largos textos, ahora es muy de pago para que sea práctico. Aún así, si te es útil, me alegro de ello. ¡Saludos, gracias por pasarte por aquí!
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23 diciembre, 2017 at 9:06 pm
Gracias por esta herramienta. Parece muy interesante.
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24 diciembre, 2017 at 4:05 pm
A mí me parece la mejor, aunque cada vez más restrictiva… Antes sin registrarte te dejaba hasta 1.000 palabras, que bueno, poco a poco y con paciencia en pequeños fragmentos ibas corrigiendo. Ahora es obligatorio registrarte por lo que no puedes ni en pequeñas porciones, te las registra igual. Aún así, me parece el más completo que he probado y es por eso que me veía en la necesidad de comunicarlo. Saludos, ¡gracias por pasar por aquí!
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24 diciembre, 2017 at 3:55 am
Muy buen post y muy interesante!♡👀👏
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24 diciembre, 2017 at 4:08 pm
¡Gracias! Cuando descubro cosas que me son tan útiles siento la necesidad de compartirlas. Espero que pueda servirle también a más gente. Un saludo, ¡gracias por pasar por aquí!
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25 diciembre, 2017 at 9:23 pm
Yo me estoy sacando el título de correctora profesional así que mejor no te digo mi opinión jajajaja. Lo que sí aconsejo es no fiarse para nada del corrector de Word, señalas errores gramaticales que en realidad no son y no reconoce muchas estructuras. Yo lo equiparo al Google translator, no sé si conocerás la anécdota de aquella etiqueta que ponía “Made in Turkey” y fue traducido como “Hecho en pavo”.
La herramienta más potente que tiene Word, y que te puede ayudar en mucho, es Buscar y reemplazar, pero de las sugerencias gramaticales…
¡Besazos!
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28 diciembre, 2017 at 5:50 pm
Jaja, ¡sí! Por supuesto, la revisión personal es determinante y no la omitiría por nada del mundo. Usar un corrector digital es una pequeña ayuda, una primera criba que te puede ayudar a encontrar palabras mal escritas que se pueden escapar al ojo. La corrección de estilo siempre es finalmente humana. Dentro de ese primero barrido digital, hay correctores como el que propongo muy útiles por lo que se puede aprender de ellos. Por ejemplo, yo no sabía que por mucho que ‘masacre’ esté aceptado por la RAE, sea más conveniente utilizar ‘matanza’, y datos puntuales como ese he aprendido muchos. Me gusta ese porque además de que me ayuda en ese primer barrido, se puede aprender muchas cosas por sus sugerencias. Pero después, calro está, la pasada (o las pasadas) manuales son esenciales. Un saludo, ¡gracias por pasar por aquí! ¡Adelante con ese curso!
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27 diciembre, 2017 at 11:38 am
Interesante herramienta. Lo que pasa es que a mí los correctores… Nunca me han gustado. Lo primero que hago siempre, en cualquier programa, app o lo que sea que lleve correctores, es desactivarlos. Así que ni hablar de utilizar un programa per se.
Lo corrijo leyendo el texto y releyéndolo (sí, es un gasto de tiempo considerable, pero a la vez, me permite fijarme en otras cuestiones, como argumento, ritmo de diálogos y demás), y, sobre todo, para evitar los errores fantasma, dando el manuscrito a varios lectores cero. Por ahora, me sigo fiando más de los humanos que de las máquinas 😀 😀 😀
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28 diciembre, 2017 at 5:58 pm
Los correctores yo creo que son útiles para un primer barrido, para limpiar la posterior revisión personal que es imprescindible porque, como dices, un corrector digital no sabe de estilo ni si a un personaje le has puesto que es rubio y un capítulo después resulta que es moreno. Me gustan los correctores porque, si están bien actualizados, además de allanar un poco el terreno te pone al día de los cambios y MyStilus en ese sentido lo veo muy certero y muy didáctico. Pero tienes razón, yo últimamente en las revisiones le doy casi todo el peso a las relecturas. Además, como en la cocina, la práctica repetida te hace desarrollar un instinto innato para cazar los elementos a corregir. Un saludo, ¡gracias por tu siempre más que bien recibido comentario!
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29 diciembre, 2017 at 9:06 am
Si es que es como lo de los coches nuevos, con tanto pilotico y tanta automatización. Soy un fan (siempre lo he sido) de lo digital, de la tecnología que nos ayuda en la vida, pero en ciertas cosas, no me gusta que una “maqunica” me supla 🙂
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27 diciembre, 2017 at 2:11 pm
Muchas gracias. Me interesa
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28 diciembre, 2017 at 6:34 pm
Gracias a ti por pasarte por aquí, ¡espero que te sea de utilidad!
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8 enero, 2018 at 2:14 pm
¡Hola, Jon! Muchas gracias por tu buena reseña, pero te recomendamos que corrijas el título, je, je.
¡Un saludo!
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12 enero, 2018 at 2:02 am
Bien por mí, una errata en el título de un artículo en el que hablo de correcciones gramaticales… Esto solo me pasa a mí. ¡Gracias por el aviso! Ya está corregido. Muchas gracias por pasar por aquí y enhorabuena por vuestro gran trabajo. ¡Saludos!
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12 enero, 2018 at 6:43 am
Eso puede pasarle a todo el mundo, por eso los correctores son figuras profesionales muy necesarias, je, je. ¡¡Un saludo!!
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