25 de diciembre de 2068. Las familias se sientan alrededor de unas mesas que proyectan nostálgicos recuerdos. La aplicación The best memories para iTable aprovecha estas fechas emotivas para aumentar sus descargas y muchas personas disfrutan de este programa que, tras una biometría ocular, transforma la memoria humana en imágenes holográficas. La última actualización permite añadir sonidos a las imágenes y las lágrimas caen recordando la voz de esos abuelos que ya no están en la cena navideña.
En los platos, la comida se muestra en cantidades pequeñas. No por su escasez, pues las últimas celdas hidropónicas en las que se cultivan los vegetales han aumentado la producción. Estos elementos tecnológicos son capaces de reconfigurar los átomos de los fertilizantes proporcionando la cantidad exacta requerida de cada uno de ellos tras realizar un análisis exhaustivo por segundo de la planta a la que albergan. No. La disminución de las raciones se debe a un concienciamiento global. Desde hace cinco años, la gente antepone su salud a los placeres gastronómicos.
Tampoco se observa proteína animal en las escasas recetas. A pesar de los avances en la carne sintética, no han sido los avances científicos los que provocaron la crisis y posterior caída de la industria cárnica. Fue algo tan humano como la empatía animal lo que instaló en la sociedad el pensamiento de que el sufrimiento ajeno no es un buen ingrediente en la cocina.
Lo que también brilla por su ausencia en la estampa familiar es la hipocresía. El neocristianismo ha dejado de celebrar la humildad con capitalismo (algunos dicen que este cambio les ha salvado de su propia autodestrucción) y, en lugar de aumentar los gastos en estas fechas como en el pasado, los fieles muestran su religiosidad disminuyendo las compras durante dos semanas y enviando los ahorros derivados de esta costumbre a fines benéficos. La empresa más beneficiada de estas donaciones, dicen, es Cereals at home, una organización que envía kits de cultivo a las familias más desfavorecidas. Sus productos contienen todo lo necesario para realizar una plantación a pequeña escala capaz de alimentar a toda una familia durante un año. Aseguran que su formulación puede hacer crecer cultivo de regadío incluso en el mismo desierto. Quien pasa hambre, es porque quiere, dice su eslogan.
Lo que sí hay alrededor de la mesa es envidia y celos. Las nuevas redes sociales, haciendo apología acrecentada del postureo, han encontrado la forma de magnificar los logros propios mediante modificaciones personalizadas de las publicaciones en función de la cuenta que visualiza la entrada. InstaGrammy, por ejemplo, hace que una grabación musical simple y casera parezca merecedora de premios internacionales. En cuanto a los sistemas de mensajería, han encontrado la manera de proteger la información de tal manera que ya no son una de las principales causas de ruptura en las parejas como habían llegado a serlo casi a mitad de siglo. Ese exceso de confianza ha promovido más infidelidades. Y los padres, que no terminan de hacerse con las nuevas tecnologías, cada vez se ven más distanciados de sus hijos.
Ah, a veces pienso que los avances tecnológicos solo sirven para amplificar nuestras virtudes y nuestros defectos. Es tan triste seguir viendo que la gente continúa sin depurar todo aquello que pone tras los megáfonos de la tecnología…
Y esta es mi forma de desearos unas Felices Fiestas. No esperéis a que las cosas mejoren en un futuro. El avance del tiempo nos traerá nuevas posibilidades, pero lo que de verdad nos traerá la felicidad es el uso que hagamos de ello. Y el proceso de ser mejores siempre empieza hoy, ahora. No hace falta esperar al futuro, ni siquiera a que un 25 de diciembre nos digan que tenemos que ensalzar nuestro espíritu navideño… Nuestro futuro se construye hoy, lo que seremos dentro de diez segundos o cien años depende de lo que hacemos en este preciso instante. Hagamos un futuro más humano. ¡Feliz Navidad!
P.D.: y de paso, utilizo este pequeño relato para mostraros lo que Jon Ícaro os traerá después de navidades. Se avecina una etapa muy cargada de ciencia ficción. ¡Teng una ilusión tremenda por enseñar cosas nuevas!
24 diciembre, 2017 at 3:09 pm
No estoy muy seguro de 2068 celebremos muchas cosas. ¿Seguiremos existiendo?
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24 diciembre, 2017 at 4:10 pm
Mucho más no lo sé, pero yo creo que al 2068 sí llegamos, jaja. Lo cierto es que en solo 200 años todo ha progresado tan rápido que la tendencia apunta hacia una aproximación vertiginosa al fin. Yo siempre confío en otra tendencia, la del equilibrio, para asegurar nuestra existencia. Lo que no sé a qué precio será. Saludos, ¡un placer verte por aquí como siempre!
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25 diciembre, 2017 at 11:02 am
Ese es el problema el precio. Igual estamos incluidos en él.
Un abrazo y felices fiestas.
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24 diciembre, 2017 at 3:10 pm
No estoy muy seguro de que en 2068 celebremos muchas cosas. ¿Seguiremos existiendo?
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24 diciembre, 2017 at 3:34 pm
Para esa fecha, lo más seguro es que me encuentre tratando de ponerme en contacto con la humanidad desde el más allá… Espero tener más suerte que dándome a conocer como aprendiz de escritor…
¡Feliz Navidad para ti y los tuyos!
Saludos
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28 diciembre, 2017 at 5:14 pm
Sea de la forma que sea ese más allá, no será difícil encontrar que se trate la literatura mejor que en este más acá, al que se le tiene poco respeto.
Felices Fiestas a ti también, que acabes bien este 2017 y entres todavía mejor al 2018. ¡Saludos!
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24 diciembre, 2017 at 3:40 pm
Esperamos ansiosos esa ciencia ficción! 😉
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28 diciembre, 2017 at 5:16 pm
¡Muchas gracias! Anima leer comentarios así, aunque al final me ha dado por saldar una deuda que he tenido siempre pendiente con la fantasía y abordaré un proyecto de fantasía épica antes de ponerme con la ciencia ficción pura y dura. Saludos, ¡muchas gracias por pasar por aquí!
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24 diciembre, 2017 at 4:50 pm
Gracias Jon. No llegaremos al menos mi generación. Pero es bonita la puesta en escena y el mensaje que provoca reflexión.
Mi Feliz Navidad es mas del día. Un abrazo amigo interestelar.
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28 diciembre, 2017 at 5:18 pm
Yo soy de los que piensan que la sociedad va cada vez a mejor, que la percepción apocalíptica que tenemos es por el avance en los medios de comunicación que nos muestran imágenes a las que hace muchos años no se tenía acceso. Pero creo que la sociedad mejora, aunque a pasito muy lento. Tengo esa esperanza. Saludos, ¡gracias por pasar por aquí!
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25 diciembre, 2017 at 12:56 pm
Excelente vuestro comentario Jon. De seguro estaremos compartiendo tus nuevas buenas. A la sazón, estaremos avanzando con la sana voluntad de preservar la especie de tantos descalabros, urgidos por los propios seres que habitamos esta gran residencia que hoy sufre y nos alerta de que nuestros desafueron le calientan su alma, la vuelven una fiera capaz e indetenible sino se impone la razón antes de que sea demasiado tarde. Un abrazo de la gente de la tierra.
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28 diciembre, 2017 at 5:21 pm
Yo creo que esa fiera que es la humanidad se va calmando bajo la melodía de la concienciación. Parece que haya más catástrofes, pero creo que es debido al acceso comunicativo a ellas. En general, considero que vamos mejorando y cada vez empatizamos más con lo que nos rodea. Tengo la esperanza de no equivocarme. Saludos, ¡gracias por pasar por aquí y comentar!
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26 diciembre, 2017 at 12:12 am
Hola Jon,
Muy felices fiestas, te mando un abrazo y gracias por la narración y el mensaje. Tristemente creo no tenemos que llegar hasta el 2068 para que las cosas ocurran de la manera que las describes, tal vez más marcado, pero ya suceden bastante. Hace un año escribí algo “similar”, espero me digas que opinas; claro está, también de quien guste leerlo. Creo que el problema no está en el “mensaje” navideño, más bien en la forma en que lo interpretamos; donde preferimos ser más “pragmáticos” y acabamos siendo más cínicos y distantes. Y como lo dices, no es solamente en navidad, sino durante todo el tiempo. Esperamos esas grandes oleadas de ciencia ficción. Saludos
https://flameandolaverdad.wordpress.com/2016/12/24/feliz-hipster-navidad/
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28 diciembre, 2017 at 5:52 pm
¡Cierto! Y lo peor de todo es, quizás, que esa hipocresía se hace de buena fe, lo que elimina la parte de autocrítica que nos haría aprender si lo que se hace está bien o no y qué alternativas podemos ofrecer como individuo sobre la tradición colectiva. Un saludo, ¡gracias por tu comentario! Me paso a ver tu relato en cuanto responda a todos los comentarios. ¡Saludos!
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26 diciembre, 2017 at 11:19 am
vaya… veo que sigue habiendo familias desfavorecidas y caridad… mal rollo. Por suerte no llegaré! Es un alivio
Mientras tanto disfrutemos de ahora. Pinta mal el futuro.
Que el 2018 mejore un poco nuestro horizonte, que se ve más bien negro…
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28 diciembre, 2017 at 5:54 pm
Jaja sí… Desgraciadamente ya existen métodos para paliar esa desigualdad, para conseguir las grandes utopías como acabar con el hambre en el mundo. No hace falta irse al futuro. Pero mientras exista esa necesidad de que haya pobres para que pueda haber ricos, base del capitalismo, esos recursos ya existentes no se van a poner en práctica. Me temo que el futuro también va a estar dirigido bajo esas directrices. Un saludo, ¡muchísimas gracias por pasar por aquí y comentar!
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28 diciembre, 2017 at 7:59 pm
me ha gustado mucho la entrada y me sorprendio q la pobreza fuera una constante de futuro…es terrible
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2 enero, 2018 at 4:14 pm
Sí, desgraciadamente pienso que la pobreza solo se acabará cuando el ser humano tenga la empatía necesaria como conjunto para acabar con ella. Medios para erradicarla pienso que hay a día de hoy, o podría haberlos en muy poco tiempo si se dedicara tiempo y esfuerzo a ello. Pero hay algo más difícil que conseguir tecnología y eso es hacernos ver que realmente está en nuestra mano acabar con la pobreza. Sin embargo, como conjunto, seguimos mirando a otro lado. Un saludo, ¡muchísimas gracias por pasar por aquí!
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27 diciembre, 2017 at 12:52 pm
El ramalazo optimista inicial se ve torcido por constantes humanas históricas. A fin de cuentas, la felicidad, la dicha completa, no sé yo si podrá ser lograda algún día. A fin de cuentas, nuestra propia biología nos impulsa a ser seres anhelantes y que, por tanto, siempre desean más (no solo en el plano material, no va por ahí la cosa, aunque la formación cultural también haya hecho eso). En fin, lo mejor será hacerte caso con tus últimas líneas 😉
PS: Muy “Black mirror”, no sé si la ves 😉
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28 diciembre, 2017 at 6:04 pm
Cierto, yo creo que la felicidad está en saber lo que de verdad enaltece a uno y en saber prescindir del bombardeo de necesidad al que estamos sometidos ajeno a nuestro interior (que al fin y al cabo no es otra cosa que saber domar y enfocar ese deseo anhelante del que hablas). Conozco muchas personas que no saben lo que de verdad quieren y eso no hay tecnología que lo solucione, de nada te sirven las mejores armas si no sabes dónde disparar. Desgraciadamente, creo que eso existirá hoy y dentro de cien años. Hay una increíble falta de inquietudes interiores.
No sigo “Black mirror” pero me quedo con la recomendación, justo que ahora andamos buscando en casa una nueva serie que empezar. Ya te diré que tal, tanto en opinión como en minutos en los que tarda en dormirse mi pareja (si aguanta hasta el final te aseguro que eso equivaldría al mejor de los sellos de calidad existentes).
Un saludo. Como siempre, un placer verte por aquí.
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29 diciembre, 2017 at 9:09 am
Sobre todo, de la temporada final (hasta ahora, que en breves estrenan 6 nuevos episodios), el enorme “San Junípero”, una maravilla de la que no me canso de hablar bien.
Para que te pique el gusanillo:
https://lordalceblog.wordpress.com/2016/11/02/black-mirror/
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2 enero, 2018 at 4:19 pm
Leí la sinopsis del primer episodio y me atrapó por completo (como podía haber leído la de cualquiera de ellos ya que son independientes). Y ahora, tras leer tu artículo, me siento aún más atrapado. Me ha llamado mucho la atención lo de la estratificación según el éxito en las redes sociales. Muchas veces me he preguntado qué pasaría si no existiera la fama. Si solo fuésemos reconocidos por nuestras acciones y conocidos directos. He pensado a veces en hacer un relato o novela sobre ello. Dar valores a las personas en función de su fama es algo terrible, bombardea el criterio propio y deforma el concepto de persona en sí, porque lo que conocemos de ellas no es lo que son. Y encima, la vida de uno también queda deformada por la fama o la ausencia de ella. Me parece, por lo que comentas, que aborda temas muy interesantes. Le echaré un ojo, sin duda. ¡Saludos! ¡Muchas gracias por tu siempre inestimable visita!
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10 enero, 2018 at 7:11 pm
Bueno, pues todavía estoy anonadado por tu magnífico relato y la agudeza de los comentarios. Tienes unos seguidores extraordinarios. “Felices futuras Navidades” me ha resultado delicioso, y me encanta tu estilo. Además en 2068 se cumplirán cien años de mi nacimiento. Muy feliz año nuevo para todos vosotros y espero anhelante tus relatos de ciencia ficción.
PS: la fantasía épica también me gusta. De hecho hay tres autores sin los que no quisiera haber vivido: JRR Tolkien, Ray Bradbury y Úrsula K Leguin. Un fuerte abrazo.
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12 enero, 2018 at 2:15 am
Me alegra mucho leer tu comentario y no sabes el bien que me hace ahora que estoy sumergido de lleno en la ciencia ficción (aunque estoy escribiendo sobre un futuro cercano para no arriesgar mucho en mi primera aproximación al género). Gracias por compartir tu opinión, te lo agradezco de corazón.
Yo, como tantos, descubrí la fantasía gracias a Tolkien y le debo el haberme introducido en ese mundo, aunque después me fui por los senderos de la fantasía más realista y cruda de Sapkowski. A Bradbury le conozco, pero tomo nota de Úrsula de la que no he leído nada.
Un saludo, ¡gracias por pasar por aquí!
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12 enero, 2018 at 1:18 pm
Qué me dices. Descubrí a Geralt hace 15 años, tengo los libros firmados por Andrzej Sapkowsky y su traductor J M Faraldo. Creo que G R R Martin y Sapkowsky han revolucionado el género de la fantasía. Un abrazo.
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17 enero, 2018 at 12:08 pm
¡Ala! Pues es un placer conocer a un aficionado de Sapkowski pre-The witcher. La saga de videojuegos lo ha popularizado, y cada vez que digo que es de mis autores favoritos, siento que me juzgan más como aficionado a los videojuegos que a la literatura (aunque a ambas aficiones le dedico grandes esfuerzos). Entonces, cuando encuentro a alguien que lo conocía de antes, se me enciende la bombilla de la empatía y me causa una gran alegría. Te envidio además por esos ejemplares firmados, yo ya doy por hecho la imposibilidad de conseguir uno, jeje. Martin y Sapkowski han contribuido a oscurecer y ensuciar un género en el que siempre había dos bandos, los buenos y los malos, para dar lugar al realista choque de intereses donde es más difícil posicionarse. Un saludo, ¡encantado de leerte!
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