Hacía tiempo que no publicaba una reseña, y en momentos así es cuando uno se da cuenta de la tremenda crueldad que es no tener mucho tiempo disponible. Más aún, cuando el exceso de trabajo y proyectos te obliga a retrasar una lectura tan excelente como es Resurge la plata, de Luis M. Núñez. Pero por fin he podido abordar en su totalidad esta magnífica historia y procedo a contar mis impresiones.
Es difícil reseñar esta obra intentando no desvelar nada de su predecesora, La sombra dorada, pues si bien se puede disfrutar de manera independiente a esta (cosa que valoro en las series, que cada capítulo tenga valor por sí mismo), el inicio de esta continuación está íntimamente ligado al final de su precuela.
Así, arriamos velas y comenzamos el relato cruzando el océano, a bordo de un navío en un inicio un tanto confuso con una escena que se irá ubicando en el argumento global más adelante. Mención especial a las partes del libro en las que se viaja sobre las aguas; muy frescas, tan bien relatadas que uno puede sentir la brisa marina con el pasar de las hojas.
En torno a ese viaje naval, se va desplegando una historia desde Nuevo Mundo, un nuevo continente colonizado, que se convierte para mí en el mejor regalo que nos ofrece esta historia. La organización de este continente ofrece un soplo de aire fresco al género, en casi todas los títulos similares basado en una estructura medieval repetida hasta la saciedad. El mal común al que un día debió enfrentarse la humanidad ha permitido una unión, obligada por la supervivencia, que permite una estructura casi comunista, un pequeño triunfo del bien común, y así es como socialmente y políticamente se recrea este Nuevo Mundo tan particular, que no puedo más que aplaudir y disfrutar por el ingenio creativo derrochado en él. Ya no a nivel social, sino biológico (pues no se sumaron los animales a esta colonización) y geográfico, se nos ofrece un mundo creado desde cero, por y para la ocasión, otorgando esa sensación de originalidad tan difícil de encontrar en el género de la fantasía. Bravo, Luis. Bravo.
Y al igual que con La sombra dorada, el argumento va creciendo cual bola de nieve y tejiéndose a sí mismo, ganando en expectación y grandeza. Las distintas tramas se van sucediendo, todas relacionadas entre sí, con ese estilo equilibrado que tanto me gusta exaltar de este autor. No faltan detalles, ingeniosos muchos de ellos, ofrecidos en tal perfecta medida que no llegan a abrumar. Luis sabe dosificar el relato, y lo hace de manera espléndida. Si acaso, por poner un pero y como opinión personal, solo me faltó algo de intensidad en cierta trama de intrigas e intereses políticos.
Pero sin tiempo para respirar, en el tercio final de la historia, la bola de nieve argumental estalla y se convierte en una bola de fuego con un ritmo in crescendo que nos lleva a su apoteósico final. La batalla final, esperada desde el inicio de la historia, se desarrolla en base al gran talento que su autor tiene para describir estos combates masivos. Muchos escritores lo intentan y se pierden en la espesura de sus tropas, en la envergadura del enfrentamiento, pero Luis M. Núñez hace un relato tan limpio, tan claro y tan inmersivo que el fragor de la batalla se puede respirar en cada frase. Si otro aspecto puede ser característico de esta serie, es la grandiosa narración de sus batallas. En esta segunda entrega se echa de menos alguna más, pero la coherencia argumental en este caso obliga a lo que toca, esperado por otro lado desde el comienzo de la obra aumentando las ganas de que ocurra.
Y así se llega al final. Sin sensación de premura, ni con las fuerzas agotadas ante la lectura. En coherencia con el equilibrio global de la historia, el cierre de la última página es adecuado, perfecto, una caricia y un agradecimiento a la buena literatura por habernos sumergido en una de esas historias que uno se siente afortunado de haber encontrado, de esas cuya inversión temporal otorga buenos réditos de felicidad.
Esto es lo que queríamos tras la Batalla de las Planicies Ardientes. Justo esto, es lo que esperábamos como continuación de una primera obra que me pareció grandiosa y que me dio a conocer uno de mis autores favoritos. Esperaba una gran segunda parte. El listón estaba muy alto. Y las expectativas, han sido totalmente cumplidas.
¡Gracias por ofrecernos tu talento, Luis! ¿A qué esperáis para haceros con esta gran historia?
Un saludo a tod@s.
¡Nos vemos las instacaras por @icaro_jon!
24 mayo, 2018 at 3:50 pm
Estupenda reseña, Luis se lo merece. Leí la primera y aunque no es uno de mis géneros favoritos, me gustó mucho. La segunda la tengo, pero aún no la le leído, como para tí, el tiempo es limitado, tendré que buscar un hueco para hacerlo.
Un abrazo.
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30 mayo, 2018 at 8:07 am
Luis es un escritor y mejor persona, y la falta de tiempo uno de los peores enemigos de la felicidad de este siglo, pero espero que como yo consigas hacerle un hueco porque sé que disfrutarás mucho de esta lectura. Muchas gracias por pasar por aquí y comentar, me causa alegría cruzar palabras con otros aficionados a Luis. ¡Un abrazo!
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8 junio, 2018 at 7:08 am
¡Jon, me has alegrado la mañana! 😉
La verdad es que da gusto leer tal cantidad de parabienes de tu propia obra, claro que sí, y, como siempre, me llena de orgullo leer que quien me ha leído se lo ha pasado tan bien haciéndolo como yo escribiendo las aventuras de toda esa cuadrilla de personajes.
En efecto, una de las ideas centrales, fuertes, de la novela era dibujar un mundo diferente, desmarcado de los tropos del género. En La somba dorada había pistas de por qué camino podía desarrollarse una nueva organización sociopolítica y económica, conociendo a quien sería su artífice (Adía), pero he querido reflejar una sociedad con tintes idílicos… aunque con alguna serpiente. A fin de cuentas, la pulsión entre bien y mal, egoísmo y empatía, son constantes en los humanos. Me alegra que te haya gustado el dibujo, la descripción de Nuevo Mundo.
También quería hablar del mar. No en vano, estaba influenciado por mi lectura de esos momentos, la trilogía de Las naves del mar, de Robin Hobb, unas novelas muy, muy marineras. Fue por eso que desarrollé las escenas en el océano como algo más que un mero voy del punto A al punto B… lo que también obligó a desarrollar personajes embarcados.
Por último, sobre la batalla; en efecto, no hay tanta acción, sangre y espadazos como en La sombra dorada, pero, como dices, el argumento me obligaba a ello. Y, al mismo tiempo, tenía desde el principio pensado que todo iba a ser un crescendo, con gotitas de acción y descubrimientos por parte de los personajes (y lectores) que se encaminaran a un final en el que, además de tortazos, habría un homenaje a la forma de resolver conflictos de Ursula K. LeGuin en Terramar. No digo más para no spoilearme 🙂
¡En suma, Jon, muchas gracias!
P.S.: No había visto esta reseña, llevo un par de meses que mi paso por WordPress es muuuuuy irregular. Gracias por avisarme.
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8 junio, 2018 at 9:11 am
Jeje sí, te he visto más ausente últimamente por WordPress e imaginé que no la habías visto, por eso te avisé. Me alegra ver que todas tus intenciones a la hora de escribirla llegaron a mí como lector.
Lo de Nuevo Mundo, como bien dije, una pasada; una perspectiva fresca y novedosa en un género al que veo que cada vez le cuesta más innovar. Sin duda es uno de los puntos fuertes y algo en lo que yo me basaría para recomendarla como única y especial. En cuanto a las batallas, eché de menos alguna más precisamente por lo bien que las relatas, pero efectivamente el argumento obligaba a una única gran contienda final (salvo los escarceos previos). Eso sí, al llevar esperándola toda la narración, se disfruta el doble.
Respecto al mar, ahora mismo estoy dándole “a la juguesca” con el Patrician (estoy intentando abordar cronológicamente juegos que tengo acumulados), y como ya te dije una vez, siempre trato de jugar-ver-leer en la misma temática. Así que, tomo nota de “Las leyes del mar” de Hobb. En cuanto a películas y series, creía que había más variedad… pero de la temática solo está “Master & Commander” (que no consigo hacerme con ella), y una de un navío holandés que sacaron el año pasado y cuyo nombre no recuerdo. Si no nos centramos en el apartado bélico, “En el corazón del mar” me encantó y, bueno, “Piratas del Caribe” es más entretenimiento que película de navíos. En cuanto a series, quiero echarle un ojo a la nueva “The Terror”. Pero fuera de eso, no se me ocurre mucho más, así que cualquier recomendación es más que bien recibida.
Y nada más, que ya me extiendo. ¡Un abrazo!
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11 junio, 2018 at 6:37 am
En fin, a ver si puedo mantener más asiduidad con el blog y con vosotros, que la vida no me da 😀
Voy a recomendarte Black sails, una serie que me encantó y que parte de la idea de ser una precuela de “La isla del tesoro”. La disfruté enormemente, en serio. Y, de hecho, hay una escena en “Resurge la plata” que es un homenaje a otra de dicha serie que me encantó (la de la calma chicha, aunque se resuelve de modo diferente 🙂 )
La temática marinera en fantasía, la verdad, no es muy abundante, por lo que la trilogía de Hobb es refrescante y, con el pulso con el que la escritora escribe, es muy recomendable, la verdad. Tiene unos personajes, además, gloriosos.
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11 junio, 2018 at 5:49 pm
¡Tomo nota de Black sails! ¡Gracias de nuevo!
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8 junio, 2018 at 7:10 am
Reblogueó esto en Lord Alce lee y escribey comentado:
El compañero Jon Ícaro, del cual recomiendo su blog y la reciente “En el nombre de Eva”, ha dedicado unas líneas, lleneas de amabilidad, en su blog a mi novela “Resurge la plata”, continuación y final de “La sombra dorada”.
Me llena de alegría ver que se lo ha pasado tan bien leyéndola como yo escribiéndola.
¡Gracias Jon!
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