Corre como la pólvora la noticia del vídeo de un adolescente que mató a golpes su gato para mostrarlo en Youtube; corre casi tanto como la indignación en mis venas cuando leo este tipo de noticias. No entiendo cómo alguien puede hacer algo así.
O sí, lamentablemente puedo llegar a comprenderlo. Parece que todo vale para viralizar un vídeo y llegar al éxito, y para ello se recurren a idioteces, cada cual más vergonzosa para nuestra condición humana. Parecemos haber perdido el filtro de la decencia, y cuanto más impactante es lo que mostramos, pues mejor. Ese acto de premiar la estupidez es lo que lleva a un cerebro en ebullición como es el de un adolescentes a cometer estas atrocidades. El culpable es él, y quizás la educación que ha recibido, pero la pistola en su mano la hemos puesto nosotros.
Siempre digo que somos lo que consumimos. En una sociedad tan deshumanizada como es la capitalista, solo tenemos una herramienta para cambiar el mundo: el consumismo. ¿Para cuándo un viral de una persona ayudando a otra? ¿Para cuándo un viral de un científico hablando de una posible cura para una enfermedad? ¿Para cuándo un viral de un rescate animal de los tantos que con tanto esfuerzo hacen las protectoras a diario? No, lo viral es ver cómo matan un gato, y eso es lo que premiamos con tanta expectación sobre lo bizarro y lo absurdo, con tanto vídeo de mierda en internet.
Espero que más de uno reflexione sobre esto y que sea consciente de que lo que ve en internet es lo que está promoviendo en el mundo. Solo así la muerte de este animal inocente podrá tener, aunque sea un mínimo, de sentido.
Perdón por el amarillismo, ya sabéis que ando un poco sensible en el tema gatitos, y que el libro que publicaré en breve lleva como lema «cuando los animales nos convierten en personas». Aprovecho, de paso, para invitaros a la lectura conjunta que se está llevando a cabo.
Nada más por hoy. Un abrazo. ¡Nos vemos las instacaras en @icaro_jon!