
Hace poco os comenté mis primeros pasos en el océano literario hasta llegar a ese deseado puerto que es conseguir un contrato editorial. Anteayer salió a la luz El corazón del aedo, obra que publico a través de B de Books (Ediciones B), y por lo tanto puedo contaros un capítulo más de esta aventura.
B de Books es un sello digital que solo publica en formato ebook. Eso, como autor, generó un torbellino de sentimientos en mi interior más allá del dolor de saber que la obra no se publicaría en papel. Mis principales dudas giraban en torno a cuánto esfuerzo iba a dedicar la editorial a mi libro, ya que la inversión en un libro digital es prácticamente nula y la preocupación por su éxito tiende a ir acorde al gasto en su creación.
Respecto a la fase pre-lanzamiento he de decir que recibí un trato excepcional. La edición de la portada fue muy acertada. Reconozco que yo no habría usado el color rosa ni habría tapizado la portada con esos abdominales, pero entiendo que es muy llamativo para su público objetivo, como hasta ahora he podido comprobar. En cuanto al cuidado del interior, con sus correcciones y edición de formatos, también todo muy bien trabajado. Muy agradecido por tal esfuerzo, de verdad.
Pero si nos referimos a la fase post-lanzamiento, con la precaución que conlleva saber que solo lleva dos días en el mercado, mis sensaciones son agridulces. Si algo buscamos los autores en una editorial es promoción. Todo el trabajo anterior, si bien se valora, es algo que podemos hacer nosotros mismos con esfuerzo y perseverancia. Ahora bien, llegar al amplio público una vez el producto ya está preparado, requiere un poder que (de momento) solo tienen las editoriales.
Al ser un producto digital en este caso, siempre he tendio la sensación de que al permitirse una inversión tan reducida, la estrategia se basa en producir en masa a ver si alguno triunfa. Es como echar la caña y esperar que el pez pique. Al moverse tanto volumen de títulos como he podido comprobar, el esfuerzo individual dedicado a la promoción de cada uno de ellos es casi nulo. No va más allá de aparecer en la página de la editorial y de la confianza que genera tener detrás un sello editorial. De nuevo, todo esfuerzo promocional corre a cargo del autor.
¿Qué diferencia hay entonces con la autopublicación? Aparte de que el 96% del beneficio en este caso va para la editorial, poca más. Sé que en el género romántico se ha encontrado un filón, hay mucha venta de novela romántica de autores noveles, pero en el resto de géneros he encontrado muchos compañeros decepcionados. Otro de los aspectos que encuentro negativos es el retraso en el lanzamiento, nada menos que casi un año desde que mi obra fue aceptada. Otros aspectos que me afectan, es el no manejar el precio de la venta ni hacer ofertas a mi debido gusto. Ya sabéis que El sanador del tiempo lo regalé como churros, porque así me salía del alma y nada me lo impedía.
No quiero que esto suene a crítica, no trato de tirar piedras sobre mi propio tejado. B de Books ha hecho un trabajo espléndido y que agradezco. Yo seguiré promocionando El corazón del aedo a lo bestia, dándolo todo como siempre he hecho, porque es mi pasión y estaría siendo hipócrita de no hacerlo. Pero ya sabéis que siempre he sido sincero con vosotros, que este blog es mi resquicio de verdad y la desembocadura de mis sentimientos literarios. Y tal como pienso las cosas, así os las cuento.
Ya veremos cómo afecta el tiempo a esta aventura. Sin duda habrá una tercera entrada para esta serie.
Un saludo a todos. ¡Gracias por seguir ahí!